Es suficientemente visible que la belleza es la salvación del alma humana, en este momento me encuentro ante algo que enamoraría al mismísimo Van Gogh; este sentimiento merece ser sentido y no desterrado. Schopenhauer me odiaría.
No merezco describir este evento a la perfección. Mi escritura parece llevar al absurdo: ¿Cómo algo hermoso puede afectarme tanto? Tengo mis sinceras dudas. El hecho es que a arte salva momentos. Creo que finalmente estoy entendiendo el significado de tal expresión.
¿Es lo bello lo que atraería a dos hombres por una sola razón aparente: su totalidad, su armonía y su grandeza? De hecho, lo bello es algo creado por el mismo Dios, y esto no es visible para tus ojos? Una sola razón para el perdón se puede describir en este punto: Dios Todopoderoso crea un mundo perfecto y su belleza es accesible a nuestros ojos y al simple tacto.
Vida y muerte son condiciones de nuestro ser, se balancean sobre una cuerda débil a punto de romperse, pero ¿qué consuelo puedo encontrar en este momento? El misterio de la inmortalidad es como la llegada de la primavera, discreta y cierta. Aun así, es imposible ser consolado por tal.
Puede decirse que, en razón de tal expresión, el valor que se asigna a sus ojos es lo que se podría llamar el supremo consuelo. No me trates con indiferencia como decían los antiguos la indiferencia de la naturaleza ante la muerte. ¿Es nacer para morir? Interesante: la naturaleza me demuestra lo contrario.
El vacío de mi existencia es anulado por tales lirios. Creo que Dios mismo fue el responsable de tal creación. A diferencia de Schopenhauer y Camus, no soy ateo. Creo que ambos cambiarían de opinión al contemplar tal fenómeno. Creo que Schopenhauer abrazaría la metafísica cristiana y Camus cambiaría el estilo de su existencialismo.
Ojalá una sola noche, tan hermosa, dirigiera sus pensamientos a un futuro no muy lejano y me encontrara acurrucado en mis pensamientos escribiendo tales cartas a mi difunta lily.
Si hay una bella, como dice y enseña San Agustín, me gustaría que fuera ella, pero infinidad de críticos me condenarían pasando por diferentes estilos en milésimas de segundo. Queridos lirios, terminaré mi sufrimiento deseando encontraros. Que Dios Todopoderoso interrogue a la suerte por tal falta que me cometió.
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Pero la pregunta es: ¿Estarías esperando que termine estos escritos para preguntarme qué siento por ti?
