La formación es envejecer con calidad de vida

El envejecimiento saludable es un tema que ha sido muy discutido en todos los ámbitos: social, físico y estético. Cada vez son más las personas que buscan formas de mantenerse más saludables y llegar a esta etapa con mejor calidad de vida y bienestar. Sin embargo, es necesario considerar cuidadosamente las alternativas que se han publicitado para no perder de vista que es posible estar bien, pero sin olvidar que el envejecimiento es natural. La búsqueda de una buena orientación profesional es el camino más adecuado para equilibrar todas las variables que pueden interferir en la forma en que cada individuo llegará a esta etapa de la vida.   



Hablamos con Marco Lopes, educador físico y entrenador personal, especialista en gerontología y ha estado desarrollando un trabajo muy interesante con personas mayores de 50 años durante los últimos 15 años. Su intención principal con sus programas es promover el envejecimiento exitoso y la calidad de vida de este grupo de edad.

"Aproximadamente el 13% de la población española ya se encuentra en esta etapa de la vida. El crecimiento es muy grande y la gente necesita empezar a prestarle atención. Lo que se espera es que las personas entiendan que el proceso de envejecimiento no es algo que sucederá en 5, 6 o 10 años, sucede gradualmente.

La gerontología nace de esta necesidad y se relaciona con cualquier profesional que quiera estudiar a las personas mayores en el contexto social, físico, psicológico, etc. el medico Alexandre Kalache, por ejemplo, además de médico, es gerontólogo y ha estudiado el envejecimiento desde un punto de vista social y psicológico durante mucho tiempo”.

¿Qué despertó su interés en trabajar con esta audiencia?

Realmente no recuerdo cuando empezó, me he visto inserto en este público desde los primeros años de trabajo. Cuando me licencié en Educación Física y, seis años después, hice Fisioterapia, ya tenía la idea de trabajar con personas mayores. Hace 20 años la Educación Física estaba enfocada al rendimiento. No se había oído hablar de la prevención y quería trabajar exactamente con eso. Pensé que la Fisioterapia podría darme otra visión de este trabajo, de lo importante que es la actividad física para el envejecimiento.



¿Cuáles son las habilidades o características que debe tener un profesional para tratar con este público?

Pensando en el grupo de edad de más de 50 o 60 años, no es muy diferente de los grupos de edad más jóvenes que ya se cuidan. Pero cuando comenzamos a hablar de personas de 70 años o más, debemos tener una visión un poco más cuidadosa. Hay que ver que la homeostasis (estabilidad orgánica), es decir, el equilibrio de los ancianos se rompe muy fácilmente. Un pariente enfermo, un problema con la esposa, el hijo o el nieto pueden desequilibrar al anciano. Si el profesional no está atento a todos los aspectos: físico, emocional, conductual, no podrá cuidar de esta persona. El profesional que trabaja con este perfil tiene que tener una visión más cuidadosa y global. Hay que estar atento y darse cuenta de lo que no se dice y eso puede interferir en la salud de la persona. Siempre vale la pena establecer un buen canal de comunicación e interesarse por el día a día de la persona. Podemos preguntar: ¿Cómo estás hoy? Como esta tu hijo, tu hija, cuéntanos un poco, etc. Es necesario entender todo el contexto y lo que puede influir en mi trabajo.

¿Cuáles son las principales barreras presentes para la práctica de ejercicios?

La formación es envejecer con calidad de vidaDepende un poco de los antecedentes de cada persona. Por ejemplo, una persona de 50/60 años, pero que tenía una vida dependiente de su marido, nunca tuvo una vida muy activa, que siempre fue más de espera, de no tomar decisiones, tiene cierta dificultad, es un poco más difícil cuando plan de ejercicio. Ahora, los que siempre trabajaron, los que siempre viajaron, los que se interesaron por aprender, los que nunca se detuvieron, tienen un perfil más activo, con mayores posibilidades de adoptar ejercicios físicos en su rutina.



¿Qué dirías de “saber envejecer”?

Saber envejecer implica no perder nunca el interés y tener una visión del envejecimiento como un proceso similar a la adolescencia y la niñez. El envejecimiento no es el final. Si la persona se mantiene interesada, participativa, ayudando a su familia, a la sociedad, al prójimo, trae una mirada diferente sobre el proceso de envejecimiento. Ella se valora a sí misma. La gente parece disculparse por envejecer. Tienes que pensar: cuando llegas a los 40/45 has llegado a la mitad de tu vida… ¿Qué quieres hacer con la otra mitad? Sigue aprendiendo, leyendo, soñando, planificando, sigue con una meta, sigue con las ideas. La ciencia ya ha explicado que el cerebro sigue aprendiendo tengas 18 o 90 años. Depende de cada uno cómo afrontará esta etapa de la vida.

¿Cómo funcionan sus programas?

En el caso de una persona de 50 años, las pérdidas físicas aún pasan prácticamente desapercibidas. Pero ya han comenzado a suceder. Es el momento de empezar a trabajar la fuerza, la resistencia muscular y cardiorrespiratoria. El estímulo se puede aplicar con intensidad moderada a alta y progresivamente, con excelente respuesta.

Cuando una persona llega a los 60 años y nunca ha hecho nada, puede experimentar alguna dificultad para realizar actividades rutinarias, como levantarse de una silla, subir escaleras, caminar una cuadra. Este es el momento de comenzar a trabajar en las habilidades que ya haya perdido, como el equilibrio, la potencia y la fuerza muscular. Es necesario mezclar variaciones de ejercicios de equilibrio, fuerza, resistencia, para recuperar posibles pérdidas.

Cuando una persona llega a los 70 años, si nunca ha hecho nada, puede percibir los efectos del envejecimiento con mucha más intensidad. Se necesita un poco más de cuidado. Se recomienda comenzar un trabajo más cuidadoso, teniendo en cuenta sus quejas. En algunos casos, las personas usan medicamentos que pueden o no afectar el rendimiento físico.



No hay edad para sentir los efectos positivos del ejercicio físico. Y si la persona nunca ha hecho nada, la posibilidad de que mejore es mucho mayor que una persona que entrena todo el tiempo, que necesita estímulos más fuertes.

¿Y cuáles son los beneficios de hacer ejercicio acompañado a partir de los 50 años?

En el proceso de envejecimiento, la persona comienza a tener pérdida de masa muscular, pérdida de capacidad cardiorrespiratoria, con acumulación de tejido adiposo, aumento de la incidencia de diabetes, hipertensión arterial y osteoporosis. Los ejercicios actúan de forma global, retrasando y reduciendo los efectos de las enfermedades crónicas.

La formación es envejecer con calidad de vida¿Y los beneficios se pueden percibir después de cuánto tiempo después del inicio de las actividades?

Al cabo de unas semanas, la persona empieza a notar una mejoría en su estado general. Se siente más dispuesto, activo, con mejoras en los síntomas del dolor. Esta mejora se percibe en su vida cotidiana, como por ejemplo, al ir al centro comercial. La persona o la familia ya pueden notar algunas diferencias como el ancho y alto del escalón o no tener que sentarse tantas veces para poder descansar.

¿Y en el lado emocional?

Cuando la persona tiene cierta dificultad física y eso empieza a limitar cosas que antes no limitaba, la tendencia es que la persona empiece a limitarse aún más. Eso no era lo que la persona quería, por lo que comienza a sentir el peso del envejecimiento, lo que puede traer un estado depresivo. Cuando empieza a mejorar y se da cuenta de que puede seguir siendo independiente, se siente mejor psicológicamente. ¿Te imaginas no ir a algunos lugares con la familia porque sabes que estorbará? Mejorar físicamente, mejora lo emocional.

¿Qué consejo le daría a las personas que se acercan o alcanzan los 45/50?

Yo diría que nadie te va a sacar del sofá, nadie te va a tomar la mano, todo depende de ti. Eres tú quien tendrá que tomar la actitud de empezar a hacer algo. Cuando una persona inicia un programa de ejercicio físico en este grupo de edad, aumentan las posibilidades de comprimir los efectos del envejecimiento hacia el final de la esperanza de vida. De esta forma, ganas más años de vida con más calidad. La Organización Mundial de la Salud recomienda caminar 150 minutos a la semana, lo que equivale a poco más de 20 minutos al día. Esto solo puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular hasta en un 50%. ¡Ya no hay excusas, solo depende de ti envejecer saludablemente!

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