AlegrÃa, amor, paz, gratitud, respeto, armonÃa, libertad, equilibrio, conciencia, sostenibilidad… Sentimientos, sueños y valores nos mueven y nos mantienen vivos. Pero cuando nos enfrentamos a la crisis resultante de la fragmentación de la percepción humana, la inversión de valores y la desconexión del hombre consigo mismo y con la naturaleza, muchas veces nos encontramos desmotivados, impotentes. La imposibilidad de expresarse en el mundo, de manera integral, espontánea, hizo surgir en la humanidad enfermedades que afectan profundamente nuestra alma.
Teniendo en cuenta que todos los elementos del Universo están conectados entre sÃ, formando una inmensa red de vida, entendemos que la sanación se producirá desde el momento en que elevamos nuestra conciencia a la unidad, a la integración con el todo. Necesitamos personas Ãntegras, creativas y sensibles para superar estas crisis.
“Queremos el mundo porque es bello, sus sonidos, sus olores y sus texturas, la presencia sensorial del mundo como cuerpo. En resumen, debajo de la crisis ecológica está la crisis más profunda del amor, que nuestro amor haya abandonado el mundo, que el mundo no sea amado, es el resultado directo de la represión de la belleza, su belleza y nuestra sensibilidad hacia ella. Para que el amor regrese al mundo, primero es necesario que regrese la belleza o estaremos amando al mundo solo con una obligación moral […] La belleza antes que el amor también está de acuerdo con la experiencia demasiado humana de ser conducido al amor. por el encanto de la belleza†(James Hillman)
Percibo el Arte como una forma de revertir esta situación. Cuando nos dejamos invadir por lo artÃstico, recuperamos la estética humana, volviendo a su significado más profundo: sentir con el corazón. ¡Reencantamos! La experiencia estética que brinda el arte expande la conciencia humana, reorientando al hombre hacia la libertad de creación, promoviendo el autoconocimiento, la madurez personal y la integralidad, haciéndolo sensible, capaz de crear nuevas formas de percepción y convivencia en su cultura y con todo el entramado de vida, en unidad con ella.
La expresión artÃstica es la luz que permite al consciente ver materializado el contenido del inconsciente, que asà puede ser observado y resignificado. Cuando damos formas, colores, texturas, sonidos y movimientos a nuestros sentimientos, expresándolos y concretándolos, logramos generar nuevas conexiones y relaciones entre nuestros asuntos y conflictos más Ãntimos, lo que nos lleva a una nueva armonÃa y nos integra, nos moldea. y nos cura. Este es el proceso de arteterapia.
El arteterapeuta es un profesional que despertará en el individuo su creatividad innata, ayudando a la exteriorización de los sentimientos a través de las más diversas técnicas artÃsticas y ayudando a poner en marcha nuevas miradas y sentidos para la creación del paciente. Sin juicios ni interpretaciones, el proceso creativo, con una gestión adecuada, conducirá a una nueva comprensión del contexto que rodea lo producido.
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Vivir la arteterapia como cura y Educación (sensible, basada en valores humanos) es una misión y necesidad de nuestra sociedad. A medida que nos conocemos más, nos acogemos y entendemos mejor, tomamos decisiones con más claridad y coherencia, adoptando actitudes y relaciones más responsables, éticas y amorosas con nosotros mismos, con los demás y con el planeta. En este contexto, es urgente incluir la comprensión de la arteterapia en la formación de educadores, quienes además de la mera reproducción de técnicas, vivirán su propio proceso de sanación y lo transmitirán a sus alumnos. Es la transformación del ser transformando el mundo.
