Podemos definir a la musicoterapia como el uso de la música y todos sus componentes (melodÃa, ritmo y armonÃa) con el fin de promover y facilitar las relaciones, la comunicación, la movilización, el aprendizaje, la organización, la expresión y varios otros aspectos relevantes de los objetos terapéuticos, para satisfacer los necesidades emocionales, sociales, mentales, fÃsicas y cognitivas de las personas en tratamiento.
Esta técnica comenzó a utilizarse en el siglo XX, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Profesionales de este arte y músicos aficionados se juntaron y empezaron a tocar en hospitales de Estados Unidos y de paÃses europeos. Fue entonces cuando las enfermeras y los médicos comenzaron a notar mejoras significativas en la salud y el bienestar de los pacientes que estaban allÃ.
En la década de los 60 se comenzaron a estudiar los beneficios de esta terapia y, en la actualidad, se utiliza en el restablecimiento y desarrollo de las potencialidades y funciones de las personas para que, de esta forma, puedan lograr una mejora en su calidad de vida, a través de la rehabilitación. , prevención y tratamiento de enfermedades.
La gran mayorÃa de los pacientes son autistas, discapacitados mentales, ancianos, embarazadas o personas con parálisis cerebral, dificultades motoras, problemas psiquiátricos, discapacitados mentales y/o dificultades emocionales.
El trabajo se puede realizar en el consultorio, a través de un proceso autónomo, o en conjunto con equipos de salud multidisciplinarios, como psicólogos, educadores, médicos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
En la mayorÃa de los casos, es el propio paciente quien canta, toca los instrumentos de música y danza, junto con el músico terapeuta. La forma en que este profesional interactúa con su paciente depende básicamente de los métodos utilizados y de los principales objetivos de este trabajo.
Según estudios de neuroimagen, cuando los sonidos entran en contacto con nuestro cerebro, el patrón de ondas cerebrales cambia y se activan algunas regiones de nuestra materia gris, por ejemplo, el hipotálamo, que controla nuestro estado de ánimo y apetito, el hipocampo, responsable de aumentar la memoria y el tálamo, encargados de la interpretación de las sensaciones.
También hay beneficios en nuestra musculatura. Cuando las canciones están bien seleccionadas, nuestro cuerpo libera neurotransmisores, como la endorfina, que corta el dolor, y la dopamina, responsable de la sensación de placer. De esta forma, se minimizan las contracciones y el estado de dolor.
Cuando escuchamos canciones que tienen melodÃas más tranquilas, comenzamos a inhalar y exhalar más lentamente, lo que reduce el estrés, estimula el corazón para que lata más lentamente y también hace que los vasos sanguÃneos se relajen y disminuya la presión arterial.
¿SabÃas que la música también puede ayudar a los niños a aprender en la escuela? Lea más en el sitio web: Música en el mundo y en el aprendizaje escolar.
- Texto escrito por Flávia Faria del Equipo Eu Sem Fronteiras.