¿Debo tomar una ducha fría o caliente después de entrenar? ¡La ciencia responde!

Hay quienes prefieren darse una ducha fría después del entrenamiento y quienes, en cambio, nunca podrían relajarse sin una ducha caliente prolongada nada más terminar de hacer deporte. Entre uno y otro, las posiciones son casi irreconciliables, tanto que las disputas sobre si el baño es mejor caliente o frío ya son un clásico de cualquier vestuario o charla entre deportistas.

Una cosa es cierta: después del entrenamiento, es bueno ducharse inmediatamente, por cuestiones de higiene, de bienestar, pero también porque una buena ducha facilita la fase de transición entre la actividad física y el descanso (u otros compromisos del día).



Lo interesante es que tanto las duchas frías como las calientes tienen sus pros y sus contras, ventajas y desventajas que dependen tanto de los hábitos como de factores personales y, no menos importante, de los objetivos a alcanzar. Comprendamos más en este texto qué elección hacer y qué señalan los estudios. ¡Sigue el texto!

La importancia del baño.

Una ducha fría después de hacer ejercicio realmente puede hacer maravillas para el cuerpo. Después de un entrenamiento intenso como el entrenamiento Tabata, de hecho, calmar los latidos del corazón y detener el sudor con agua fresca también tiene un efecto beneficioso sobre el estado de ánimo, además de la recuperación muscular.

¿Debo tomar una ducha fría o caliente después de entrenar? ¡La ciencia responde!
Sergey Torbik de Pexels / Canva

Ducharse después del gimnasio, sin embargo, debería ser un canto a la delicadeza, porque la piel juega un papel clave en el entrenamiento, al menos tanto como los músculos. La actividad deportiva regular, de hecho, hace que la piel sea más compacta, elástica y juvenil. De hecho, se estimula la circulación sanguínea y los tejidos reciben más oxígeno.

¿Cuáles son los beneficios de una ducha fría?

Tomar una ducha fría puede no ser su primera opción al principio, especialmente si es invierno o hace frío durante el día. Sin embargo, cuando haces ejercicio, la temperatura de tu cuerpo aumenta, por lo que tomar una ducha fría puede ser una idea tentadora. E, incluso, se puede decir que incluso es beneficioso, siempre que se tomen las debidas precauciones.



Estos son algunos de los beneficios de tomar una ducha fría después de hacer deporte:

  • Ayuda a normalizar la frecuencia cardíaca y acelerar la circulación., acelerando la recuperación muscular;
  • Previene y alivia la hinchazón: el agua fría es la mejor opción si haces entrenamientos de alta intensidad y quieres desinflamar tus músculos;
  • Ayuda a controlar su peso: el golpe de frío activa tu metabolismo, lo que te ayuda a quemar más calorías.

¿Cuáles son los beneficios de un baño caliente?

A pesar de la ventaja de tomar una ducha fría después del ejercicio, el agua caliente también tiene sus beneficios. Éstos son algunos de ellos:

  • Reduce el dolor: mientras que el baño frío ayuda a reducir la hinchazón, el agua caliente relaja los músculos y reduce el dolor;
  • Aumenta el flujo sanguíneo: el calor permite que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que ayuda a la circulación sanguínea, lo que también puede estimular el movimiento intestinal;
  • Limpia y drena la piel: el vapor de agua permite que los poros de la piel se abran, expulsando las impurezas del cuerpo generadas por el ejercicio físico.

Un baño caliente es lo que necesita en invierno, o en cualquier caso, en la temporada de resfriados: el efecto de la sauna es, de hecho, capaz de liberar la nariz cerrada o molesta por el frío de un entrenamiento al aire libre en invierno.

Con solo relajar los músculos, Los baños calientes son perfectos para aquellos que, después del entrenamiento, quieren (o deben) descansar inmediatamente. Según un estudio de 2019, los baños calientes regulan los ciclos circadianos, favorecen el sueño (a menudo en crisis justo después de una actividad extenuante) y mejoran la calidad general del sueño.



Finalmente, una sorpresa: un baño caliente es mejor que uno frío, sobre todo en verano, cuando también buscamos refrescarnos en un baño para dejar de sudar. De hecho, si la ducha fría da la sensación de bajar rápidamente la temperatura, en realidad, bajar la temperatura de la piel bloquea bruscamente la termorregulación, como si nos “guardáramos” todo el calor por una “falsa señal” exterior. Así que si es verano, el calor pega fuerte y acabas de hacer ejercicio, lo mejor que puedes hacer es darte una buena ducha caliente, aunque te parezca contradictorio.

¿Cómo funciona un baño de recuperación?

Para realizar un baño de recuperación, debes comenzar con un baño frío. Esto disminuirá cualquier inflamación en los músculos, tendones y articulaciones. El agua fría también tensa los músculos y las articulaciones, lo que ayuda a aliviar el dolor.

¿Debo tomar una ducha fría o caliente después de entrenar? ¡La ciencia responde!
Ross Hellen / Canva

Después de tomar una ducha fría, cambie la temperatura del agua a una más cálida. El agua caliente mejorará el proceso de recuperación de las articulaciones y los músculos y eliminará todas las células muertas, la acumulación de tejido cicatricial y la acumulación de células inflamatorias.

Cambiar de una ducha fría a una tibia también ayudará a disminuir las posibilidades de tener músculos rígidos después de un entrenamiento, mejorando la movilidad.

Preguntas de investigación ducha fría después del entrenamiento

La eficacia de esta práctica fue puesta en duda por un estudio de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) publicado en 2021, que reveló que el proceso de reconstrucción muscular se ve dificultado por las bajas temperaturas.

Según investigadores de la universidad holandesa, la inmersión en agua fría después del ejercicio de resistencia reduce la capacidad de los músculos para asimilar directamente las proteínas derivadas de los aminoácidos. Además, reducen la capacidad de sintetizar proteínas durante el ejercicio de resistencia prolongado.



Las pruebas se desarrollaron con atletas masculinos entrenando en sesiones de resistencia. Dos semanas después de recuperarse con agua fría, investigadores de la Universidad de Maastricht encontraron que las piernas de los 12 sujetos que observaron, que habían estado sumergidos en el líquido helado después del entrenamiento, se recuperaron peor que aquellos que no fueron sometidos a temperaturas bajo cero.

Cómo aliviar el dolor muscular con baños fríos y calientes

Es recomendable esperar unos 20 minutos antes de ducharse después de un entrenamiento intenso. El tiempo de espera permitirá que la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal vuelvan a los niveles normales. Además, cuando hayan pasado 20 minutos, dejarás de sudar. Aproveche este tiempo para hacer estiramientos o rehidratar su cuerpo bebiendo mucha agua.

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En general, los baños calientes son muy efectivos para aliviar tensiones antes del entrenamiento y los baños fríos para la recuperación post-ejercicio. Además, si notas dolor en una zona localizada bien localizada, puedes utilizar un producto complementario, que puede ser eficaz para reducir el dolor leve, proporcionando un efecto frío inmediato.

Si no está acostumbrado a las duchas frías, deberá desarrollar un poco de tolerancia y alternar entre agua fría y caliente. El baño caliente abrirá sus vasos sanguíneos y luego el cambio a frío aumentará el flujo de sangre a sus órganos. Este método también ayudará a eliminar parte del ácido láctico acumulado durante el ejercicio.

Pero, según la ciencia, ¿cuál es mejor?

La verdad es que es difícil saberlo. Por un lado, alternar agua fría y caliente parece tener un efecto positivo en la inflamación de músculos y tendones, pero esto no es muy evidente, y algunos estudios demuestran que este efecto no se produce.

Por otro lado, es difícil medir otros factores involucrados, como la percepción del dolor en cada persona, la sensación de rigidez y posterior recuperación, así como los aspectos psicológicos: la sensación de bienestar, los niveles de energía de cada uno. , el entrenamiento de la memoria y las ganas de volver al día siguiente…

Es decir, no hay una respuesta única, y aunque un chubasco de este tipo parece tener un efecto positivo en la recuperación, lo mejor es elegir lo que te hace sentir mejor, te ayuda a recuperarte más rápido y previene dolores musculares y articulares.

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Eso sí, si tienes alguna patología previa, como una lesión o un problema cardíaco, lo mejor es consultar a un especialista antes de extremar medidas.

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