La digestión tiene lugar en el estómago y el intestino, pero es el hipotálamo, en el cerebro, el que controla el apetito y la necesidad de ingerir alimentos, siendo el encargado de controlar el hambre y la sed.
Esta región del cerebro está relacionada con la supervivencia, y por ello se ubica en el llamado cerebro reptiliano. Se encarga de “recordarnos” que debemos comer y beber. Nuestro cerebro representa el 2% del peso de nuestro cuerpo, pero utiliza el 20% de la energía, por lo que la comida es una fuente de energía vital. En relación con el agua, el cerebro se compone de 73% de agua. Si le quitamos el agua, nuestro cerebro está formado por un 60% de grasa y la grasa de mejor calidad es la omega-3.
El omega-3 se extrae de pescados grasos como el salmón, el arenque y las sardinas. La leche y los huevos también tienen omega-3, pero hay un problema: si los animales fueron alimentados con pasto, tendrá omega-3, si se alimenta industrialmente, no se producirá. Exactamente como el salmón de piscifactoría, que representa la mayor parte del consumo y no tiene omega-3, ideal para el salmón salvaje. ¿Qué tal nueces, semillas de chía, semillas de lino? También contiene omega-3 y es una gran grasa para nuestro cerebro. Para los bebés, la leche materna tiene omega-3 y las investigaciones han demostrado que los niños que fueron amamantados con ella se desempeñaron mejor en la escuela.
No producimos omega-3, viene de la dieta, en el caso de la lactancia, viene de la nutrición en la dieta de la madre. La mejor alternativa son las fuentes naturales y no las vitaminas, estas no han demostrado ser un sustituto con la misma calidad de los alimentos naturales.
El cerebro crece a un ritmo de 250 células nerviosas por minuto, durante el embarazo, en los primeros 3 meses el cerebro del recién nacido tiene el 55% del tamaño del cerebro adulto.
¿Y la mejor dieta? La del mediterráneo, mira una rutina en esta dieta:
Desayuno
Té de hierbas y frutas, no muchas, suficientes. Puedes optar por el bocadillo de dos rebanadas de pan integral con queso de cabra o de Minas, aceite de oliva, tomate, hierbas y albahaca.
Puedes optar por frutas secas por la mañana, ya que tienen muchas calorías, se sostienen durante todo el día y se “queman” a lo largo del día.
Almuerzo
Pescados especialmente los grasos que contienen omega-3. Condimente con hierbas y especias como nuez moscada, tomillo, romero y orégano. Arroz integral con lentejas, vegetales como zanahoria, tomate, coliflor y ensalada. Puedes sustituir el pescado por carne magra, ya sea de res o cerdo, que esté bien cocida. Los champiñones son una excelente opción para los vegetarianos y tienen un alto contenido de proteínas.
Postre
Espere unos 30 minutos después de una comida para comer frutas como ciruelas, naranjas, piñas, mandarinas o kiwis.
Refrigerio de la tarde
Yogurt natural con frutos del bosque con salvado de avena y un chorrito de miel. Puedes variar al día siguiente con yogur con lactobacilos vivos para ayudar a la microbiota intestinal.
Cena
Una sopa ligera o una comida ligera como sardinas, atún, con berenjena, aceite de oliva, aceitunas, pimientos, cebolla, ajo y se le puede añadir una rebanada de pan integral para acompañar.
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Ceia
Un buen té de manzanilla, albahaca con romero, manzana, tés que favorecen una buena relajación.
Gracias
Mejores saludos