El arte del mandala y sus enseñanzas

En sánscrito, la palabra Mandala¹ significa círculo y, aunque es una tradición hindú, su uso no estaba restringido a este pueblo. Numerosas culturas han utilizado esta forma circular con estructuras simétricas y ornamentales como herramienta de integración, ya que tiene un gran potencial creativo.

Cada Mandala tiene su significado particular, pero siempre retratará algo específico en la vida de quien lo crea o simplemente lo colorea. Representando aspectos de tu propia vida, tus dones, luchas, traumas, metas, caminos a seguir, entre otros.



Según Furth², los dibujos permiten una interacción de información de las diversas áreas, manifiestas o reprimidas, de la psique/alma de cada individuo.

Como seres humanos, siempre nos enfrentamos a diferentes situaciones en nuestra vida cotidiana, que nos parecen reglas, imposiciones, presiones que sacuden constantemente nuestro estado físico, mental y emocional. La mayor parte del tiempo estamos tratando de combatirlos, pero existe la posibilidad de aceptarlos, reconocerlos y apropiarnos de ellos como propios, para que finalmente podamos entenderlos y darnos cuenta de que la mayoría de ellos son “solo” una reproducción de lo que es. ha sido, es y será. Este conocimiento y sensación puede deprimirnos inicialmente, pero, vivido en toda su profundidad, sólo será un aprendizaje liberador.

El arte del mandala y sus enseñanzas

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El propio Mandala³ representa a cada uno de nosotros, donde el centro nos muestra el reencuentro con nosotros mismos. No podremos alcanzarlo con la ayuda de nuestro lado racional solo. Con nuestro intelecto solo podremos reconocer qué queremos representar y hacia dónde queremos llegar, pero es con nuestra sensibilidad y nuestra subjetividad que podremos ahondar en nosotros mismos y rescatar lo que realmente necesitamos trabajar en cuanto a esa situación previamente identificada por nuestro intelecto.



La representación artística nos invita a conocer nuestro pasado así como nuestro desarrollo individual, mostrándonos el camino y ayudándonos a descubrir quiénes somos. En este proceso que llamamos autoconocimiento, es cuando hacemos consciente el inconsciente. Sacamos a la luz lo que “aparentemente” estaba escondido para ser identificado y transmutado. Este proceso muchas veces es doloroso, porque el miedo a saber la verdad, el miedo a confrontar lo que realmente somos, aún permanece en nuestro inconsciente debido a los bloqueos de la sociedad en la que vivimos.

Cuando se permite participar de este proceso, permite desahogar sus emociones y sentimientos, contando en ese momento una parte de su historia, la que la persona necesita reflexionar y transformar en ese momento.

De hecho, todas las personas buscan una manera de entender su vida, generalmente a partir de las situaciones que están viviendo. Muchas veces el Mandala nos ayuda a buscar sentimientos ocultos en nuestro inconsciente y traerlos a la superficie para ser comprendidos, permitiendo este rescate en busca de la integración del YO.

Según Dahlke4: “El hombre necesita formas visibles del mundo para poder reconocer en él lo invisible”. El Mandala es la materialización visible de los contenidos invisibles del inconsciente, es decir, al permitirse estar en contacto con él, ya sea a través de la creación o la pintura, tiene el potencial de desencadenar una zona del cerebro donde se graban los sentimientos. a lo largo de nuestra vida y mostrarle al individuo una situación que antes era invisible (inconsciente), y que automáticamente se hará visible (consciente), que pudo haberle estado afectando todos estos años.

El Mandala es un camino que todo el mundo debería seguir, es una forma de trabajar los sentimientos de una forma lúdica, sencilla, pero efectiva. Saca a relucir sentimientos que se traducen en pensamientos, y estos pensamientos se expresan en palabras. Cuando se expresan en palabras, sus contenidos emocionales se elaboran y disipan, así se lleva a cabo el proceso terapéutico4.



Es bueno recordar que el Mandala en sí mismo no es un proceso terapéutico. Sirve de base para trabajar con contenidos provenientes del inconsciente, dentro de las herramientas que tiene el Naturólogo para asistir en el proceso terapéutico.

Permítete vivir esta experiencia. ¿Preparado? ¿Qué despierta en ti este mandala?

 Referencias
  1. TOR, Tamina. TAROT DE MANDALAS TALISMÁNICOS - LOS CÍRCULOS MÁGICOS DE LA SUERTE Y EL PODER. Editorial Palas. Río de Janeiro, 2002.
  2. FURTH, M. Gregg. EL MUNDO SECRETO DEL DIBUJO: UNA APROXIMACIÓN JUNGUIANA A LA SANACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE. Editorial Paulus. São Paulo, 2004.
  3. DAHLKE, Rüdiger. MANDALAS – FORMAS QUE REPRESENTAN LA ARMONÍA DEL COSMOS Y LA ENERGÍA DIVINA. Editora de pensamientos. São Paulo, 2007.
  4. CATARINA, S. Maida. MANDALA – USO EN ARTETERAPIA. Wak Publisher. Río de Janeiro, 2009.
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