Controla la expectativa del mañana

Empezamos la semana esperando que llegue pronto el viernes. El mes comienza y no vemos la hora de que llegue el día 5, después de que pase, el día 20. Cuando nos despertamos, no vemos la hora de volver a dormirnos. Cuando llegamos al trabajo, miramos el reloj cada cinco minutos y no pasa el tiempo. En enero esperamos Carnaval, luego Semana Santa, queremos que lleguen pronto las vacaciones de julio y diciembre.

Mientras somos niños, esperamos la adolescencia, luego queremos los ansiados 18 años. Entonces esperamos que la felicidad llegue después de graduarse de la universidad, después de encontrar el amor, después de casarse, después de que nazca el hijo, después de que elijan a su candidato, después de que logren mudarse de casa, después de que se animen a separarse, después de la jubilación, mañana o pasado. día después, y después, y después.

Pero, todavía nos quejamos de que la vida pasa muy rápido y que no tenemos tiempo para hacer todo lo que planeamos. ¿Realmente el tiempo vuela o elegimos no vivir en tiempo real y pensar siempre en el mañana? ¿Te has parado a pensar que detenerte en el tiempo es preocupante? ¿Qué has estado haciendo con tu vida para conquistar tus sueños y ser feliz un día tras otro? 

Si crees que tu vida va demasiado rápido y no puedes hacer la mitad de las cosas que quieres hacer, podrías ser tú. Pero nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo y hacer algo diferente.

Comience por cambiar su forma de pensar y sienta la diferencia en sus acciones.

Deja de querer que las cosas terminen pronto, aprovecha al máximo tus tareas, trabajo, amores, conversaciones, descansa, vive cada momento intensamente y aprende de todo, especialmente de los momentos más difíciles. Haz siempre lo mejor que puedas, trata de no pensar en el resultado final, el efecto será sorprendente. Todo lo que hagas de corazón y estando totalmente entregado, pero desprendido del resultado, al final, saldrá de la mejor manera posible.

Eso sí, nunca debes dejar de lado tus metas y objetivos, lo que no puede pasar es olvidarte del proceso pensando sólo en el final. Si por casualidad, en medio de este camino, te das cuenta de que estás alentando a que algo termine pronto, presta atención a tus actitudes y corrígelas. Podría ser que estés trabajando en piloto automático, sin disfrutar de ningún aprendizaje, sin divertirte y, lo más importante, sin amor.

Escrito por Natália Nocelli del Equipo Eu Sem Fronteiras