Mucha gente se confunde entre el conocimiento y el autoconocimiento. ¿Conoces la diferencia entre estos dos aspectos? Leer libros, hacer cursos, ver diferentes contenidos… Todo ello contribuirá a nuestro conocimiento.
Pero, ¿es esto suficiente para los cambios y transformaciones que tanto deseamos en nuestras vidas?
El conocimiento es realmente muy importante y no debemos dejar de buscarlo en diferentes fuentes. Sin embargo, cuando hablamos de autoconocimiento, es una reflexión más profunda sobre tu realidad, y todo este conocimiento absorbido encaja en tu vida.
La búsqueda del conocimiento sin autoconocimiento puede traer frustración, haciéndote intentar encajar en fórmulas mágicas y rutinas perfectas. Deténgase y analice, dentro de su rutina y su realidad: ¿qué funciona? ¿Cómo es posible mejorar?
El primer paso hacia todo lo que queremos LOGRAR es el autoconocimiento, por eso te propongo reflexionar sobre dónde están algunos puntos de tu rutina y dónde es posible mejorar cada uno de ellos: pureza (cómo alimento mi cuerpo y mi mente) , contentamiento (no esperar grandes acontecimientos para ser feliz; ser agradecido hoy), autodisciplina (la transformación no es una fórmula mágica; si quieres transformar la rutina, comprométete contigo mismo), autoestudio (nombra tus sentimientos; observa tus dolores y deseos; aprende siempre) y la devoción (¿cuál es la llama que te mueve?). Estos puntos se conocen como Niyamas en el conocimiento del Yoga y son una forma de autoestudio y autoconocimiento. ¡Práctica!
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Solo es posible tener autoconocimiento cuando miramos hacia adentro y nombramos lo que sentimos, sin miedo a ver nuestras luces y sombras. No está mal sentir, porque sentiremos cosas buenas y malas a lo largo de la vida. El error es tirar las sombras debajo de la alfombra y no asumir lo que realmente nos hace sentir. Esto impide nuestro crecimiento y nuestra paz emocional y mental.
Todo conocimiento será la base, y el autoconocimiento es la transformación que deseas. ¡Busca siempre lo que te funcione a ti!
