4 preguntas que debes hacerte cuando te enfrentas a una decisión difícil

    A veces la vida puede ser mala, y todos podemos estar de acuerdo en eso, por ejemplo, cuando nos pone en situaciones que nos obligan a tomar decisiones difíciles, decisiones que, pase lo que pase, conllevan angustia, angustia o ambas. Algunos de ellos requieren un verdadero sacrificio, mientras que otros implican grandes riesgos. Para ayudarlo a lidiar con estos momentos difíciles en su vida, aquí hay cuatro preguntas que podría y debería hacerse antes de tomar una decisión. Espero que al final de la lista, encuentres la respuesta que ya está en tu corazón y tomes la decisión correcta. Así que, aquí vamos:



    1- “¿Qué dice mi corazón?” Escucha tu corazón. Inhala, exhala y escucha. Si no funciona, intente unas cuantas veces más. Cierra los ojos, respira y escucha... No te concentres en el gran revoltijo de pensamientos que hay en tu cabeza en este momento. Concéntrate en lo que tus sentimientos te están diciendo. Encuentra esa respuesta y aférrate a ella. Confía siempre en tu instinto. No digo que los consejos y sugerencias de tus padres o amigos sean malos para ti, y siempre debemos apreciar el amor y la preocupación de nuestros seres queridos, sin importar cuánto nos molesten, pero al final del día, eres tú quien te conoce mejor. Tú eres el que realmente entiende lo que quieres y lo que no quieres. En el fondo, sabes lo que es mejor para ti. Esta es tu vida. Debes ser su dictador. No dejes que nadie más piense o busque en tu interior por ti. La responsabilidad de buscar la verdad dentro de tu corazón está en tus manos. No dejes que otras personas hagan suposiciones sobre tu vida, tu futuro, o traten de influirte o engañarte. Usa tu propia intuición. No siempre es fácil escuchar a tu corazón y funciona de manera diferente para todos. Para algunos, la mejor forma de hacerlo es salir solos a dar un paseo tranquilo, la paz les ayuda a tener presente lo que es más significativo en sus vidas. Para otros, correr o hacer ejercicio en el gimnasio y experimentar el dolor del debilitamiento del cuerpo físico les ayuda a despejarse la cabeza. (Es por eso que muchos atletas son personas tan claras, enfocadas y decididas). De todos modos, siempre escucha a tu corazón. 



    2- “¿De qué tengo miedo?” Las decisiones difíciles vienen con grandes apuestas. 4 preguntas que debes hacerte cuando te enfrentas a una decisión difícilCuando hay mucho que ganar, hay mucho que perder. Pregúntate: ¿Qué tengo miedo de perder? ¿Y dinero? ¿Amor? ¿Reputación? ¿Dignidad? ¿Popularidad? ¿O es porque tienes miedo de decepcionarte, de correr el riesgo de fallar y perder la esperanza en ti mismo? A veces tenemos miedo de tomar decisiones importantes que implican grandes cambios en nuestras vidas porque tememos que si fallamos, no podremos recuperarnos. Para combatir este miedo, necesitas aceptar que todos se caen de vez en cuando. Sepa que nadie es invencible o inmune a un paso en falso pequeño, y ocasionalmente enorme, aquí y allá. Todos somos humanos, no dioses. Bueno, incluso los ángeles y los dioses pueden caer en el poder. Sin embargo, como personas comunes, cada uno de nosotros tiene un don especial: la resiliencia del espíritu humano, la capacidad de dar un paso atrás cada vez que nos caemos. ¿Cayó siete veces? ¡Levanta ocho! Cuando la vida te deprima, levántate y sigue intentándolo. A veces no queremos tomar una decisión porque tenemos miedo de que si nos equivocamos, es toda nuestra responsabilidad. No hay nadie más a quien culpar, nadie a quien señalar con el dedo. Sin embargo, también debes darte cuenta de que todo el mundo comete errores. Nadie es perfecto o 100% correcto todo el tiempo. Sí, habría que pagar un precio si fallaras, pero, de nuevo, también ganarías algo a cambio: una lección. Permítete cometer errores. Piénsalo como debe ser. Esté decidido a sacar algo de la decisión y la experiencia por la que pasará, independientemente de si tiene éxito o fracasa, continúa o cae. Un proverbio japonés dice: “Anzuru yori umu ga yasushi”. Su significado literal es que dar a luz a un bebé es más fácil que preocuparse por ello. Lo que explica que el miedo que experimentas probablemente sea mayor que el peligro en sí. Es probable que su intento salga mejor de lo esperado. Entonces, si tienes miedo, sigue adelante con tu miedo. Confía en mí, ¡el coraje te mantendrá en marcha!



    4 preguntas que debes hacerte cuando te enfrentas a una decisión difícil3- “¿Para qué/Para quién hago esto?” Tienes que resolver esto desde el principio. Esto es lo que te anclará durante la batalla que enfrentarás una vez que tomes una decisión. Esta es la pregunta a la que volverás, una y otra vez, cada vez que te sientas desanimado, decepcionado o sin esperanza. ¿Es sólo por pasión? ¿Por dinero o por éxito? ¿Hay algo más? A menudo, nuestros objetivos más grandes se combinan con otros objetivos pequeños u ocultos que no notamos o que elegimos ignorar. Nunca niegues la verdad que ya está dentro de ti. Un día la verdad reprimida saldrá a la luz cuando menos lo esperes y dirá que todo por lo que trabajaste fue hecho en base a una mentira que te dices a ti mismo. Así que sé honesto contigo mismo. Saber quién eres y lo que quieres. Toma esto como un proceso de aprendizaje para conocerte mejor. Una vez que sepas lo que quieres, conviértelo en tu meta. Enfoca tu mente en ello y sé feliz. Recuerda: las emociones positivas pondrán energías positivas hacia tu objetivo. Esta positividad hará que tu viaje sea más ligero, además de atraer otras cosas buenas en el camino. La ley de la atracción puede funcionar de muchas maneras misteriosas. Haz un esfuerzo consciente para dejar de preocuparte. Piense en las cosas buenas, no en los peores escenarios. No siempre tienes que dar grandes saltos de fe. A veces son los pequeños pasos los que importan. Dé un paso a la vez, un día a la vez. No hay atajo para el éxito. Si quieres, tendrás que trabajar por ello y tener siempre presente: disfrutar de la vida, no solo apoyarla. 

    4- “Si no lo hago ahora, ¿me arrepentiré en el futuro?” Si, lo siento. Todos odiamos arrepentirnos porque el arrepentimiento nos hace sentir vacíos, como si algo estuviera mal en nuestras vidas. El arrepentimiento nos hace sentir que hicimos algo que no deberíamos haber hecho o que no hicimos algo que deberíamos haber hecho. El arrepentimiento te hace desear poder retroceder en el tiempo para tener una segunda oportunidad de hacer las cosas bien. El arrepentimiento puede ser adictivo, porque nos pone en un ciclo en el que imaginamos lo que podríamos haber hecho, y luego nos decepcionamos al darnos cuenta de que es imposible que esas suposiciones se hagan realidad. Para aliviar el dolor, volvemos a imaginar por qué, en nuestra mente, nos sentimos poderosos y en control una vez más. Por cada decisión que tomas, hay un costo de oportunidad. En pocas palabras, en la vida, a veces se gana y a veces se pierde. ¡No puedes tenerlo todo! Esto se aplica especialmente al tiempo. No tienes todo el tiempo del mundo. La vida es corta. Digo esto porque la vida es impredecible, un día estás aquí y al siguiente puede que te hayas ido. Bueno, la verdad es que no tenemos control total sobre todo, aunque nos gusta pensar que lo tenemos. Las oportunidades perdidas pueden mantenernos despiertos toda la noche porque demuestran que las cosas pueden ir y venir sin nuestra aprobación o preparación para partir. Una oportunidad no necesita su permiso antes de que se le escurra entre los dedos. Cuando elige permanecer en su zona de confort en lugar de salir de ella, puede perder una oportunidad que nunca volverá a presentarse. En el peor de los casos, el arrepentimiento nos lleva a odiarnos a nosotros mismos. Nuestra falta de coraje y prudencia nos hace sentir muy pequeños e incapaces de lograr algo más grande que nuestro yo actual. El arrepentimiento es una emoción poderosa que puede derribar incluso a la persona más ingeniosa. No crees arrepentimientos. Deja los "qué pasaría si" a un lado. Lo que está en el pasado está justo ahí en el pasado. No se puede cambiar. Al final del día, todos queremos ser ganadores en la vida. Queremos saber que tomamos las decisiones correctas. El éxito es una cuestión de percepción, al igual que la felicidad. Ambos son muy subjetivos. Tenga en cuenta que ninguna decisión es puramente buena o mala. No importa qué decisión tomes al final, cree que es la mejor opción. Elija ser positivo y confiado al respecto. 



    Finalmente, los dejo con una cita de Paulo Coelho: “Cuando menos lo esperamos, la vida nos desafía a probar el coraje y la voluntad de cambio; en un momento así, no tiene sentido fingir que no ha pasado nada o decir que aún no estamos listos. El desafío no se hará esperar. La vida no mira atrás. Una semana es tiempo más que suficiente para decidir si aceptamos o no nuestro destino”. 

    Escrito por Amanda Magliaro Prieto del equipo Eu Sem Fronteiras

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