Entre todas las definiciones que se pueden encontrar sobre el amor, el cariño, el respeto, la admiración y el afecto son palabras comunes. No todos tienen la suerte de tener un amor romántico recíproco, pero todos saben lo que es amar a alguien.
Sin embargo, para ciertos grupos de la sociedad, el amor puede ser peligroso. Aquellos que no siguen los estándares de la heteronormatividad pueden encontrarse, en todo momento, en riesgo. E incluso cuando el sentimiento es muy intenso y verdadero, puede terminar reprimido y escondido.
En otros casos, la inseguridad que siente una persona sobre su apariencia o personalidad, por ejemplo, puede impedirle tener una relación. También hay personas que creen que estar en pareja es la única forma de sentirse bien consigo mismos.
La verdad es que ninguna persona necesita vivir en una relación amorosa para aprender a valorarse y amarse a sí misma. Pero una vez que una persona está segura de quién es y qué busca, puede abrirse a esa posibilidad, sin entrar en una relación de codependencia con su pareja.
Entonces, el primer paso para recibir amor es desarrollar tu autoestima hasta el punto en que te sientas cómodo con quien eres. De esa manera, no proyectarás tus inseguridades y expectativas en otra persona, culpándolos por cosas que no puedes manejar. La relación será sobre su vida juntos, no solo sobre ti.
El segundo paso para entablar una relación es reconocer a las personas que te quieren bien. A menudo nos relacionamos con alguien por miedo a no encontrar a alguien más. La soledad no es de temer. Amarás a alguien que sienta lo mismo por ti cuando sea el momento adecuado. Incluso una persona que al principio parece ideal puede resultar inadecuada o incompatible. No tengas miedo de dejar esta relación. La persona adecuada puede estar esperándote.
La tercera forma de prepararse para el amor es comprender lo que una persona puede ofrecerte y lo que puedes ofrecerle. Piensa que no todos cumplirán tus expectativas, así como tú no cumplirás las expectativas de todos. Esté con alguien que conozca sus necesidades y pueda proporcionárselas.
Es posible que ya hayas encontrado en tu vida a una persona dispuesta a amarte. Desafortunadamente, no pudiste responder a ese sentimiento, a pesar de que considerabas a este alguien una persona especial, considerada y afectuosa. Eso no significa que esta otra persona no sea buena para nadie más, ¿verdad?
Quizás esta situación ya te haya pasado. Eras la persona que amaba y no era correspondida. Y, como en el primer caso, esto tampoco es señal de que ninguna otra persona pueda proporcionarte un sentimiento recíproco. Tienes derecho a sentirte triste cuando la relación no funciona, pero debes tener en cuenta que eres solo uno de los muchos que pueden funcionar.
Abrirse al amor debe ser un proceso de autoconocimiento y paciencia. Saber quién eres y qué buscas te facilitará la “tarea” de identificar a una persona que pueda ser tu amor. Es cierto que puede tardar en aparecer, por lo que se necesita paciencia.
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Mientras no aparezca la persona que hará que tu vida sea aún mejor, puedes llegar a conocerte y amarte a ti mismo. Realiza programas sin compañía, explora tus aficiones y tus deseos. Solo inicia una relación cuando estés seguro de que te hará bien. Todas las personas merecen ser amadas, independientemente de su género, clase, etnia, raza y orientación sexual.
