Un ataque de pánico es la reacción del comportamiento de un ser humano a una situación que conduce a un estrés extremo, miedo e inseguridad.
Contrariamente a la creencia popular, nos puede pasar a cualquiera de nosotros. No restringiéndose a personas que padezcan alguna enfermedad crónica diagnosticada, como el síndrome de pánico.
Esta reacción es el resultado de un gran miedo el cual fue manejado por una determinada situación que hace que la persona pase por crisis de desesperación que no parecen terminar. En el que no tienes mucha claridad y seguridad para responder de otra manera.
Causas
Las causas de los ataques de pánico pueden ser diversas, desde un trauma infantil hasta la dependencia de otros medicamentos. Lo que sí se sabe es que motivos y/o situaciones que provocan inseguridad llevan a estas personas a pasar por sesiones de “desesperación” que pueden durar de 10 a 20 minutos, y en algunos casos, pueden llegar a horas de preocupación.
Diagnóstico
Los ataques de pánico forman parte de los síntomas específicos de quienes padecen la enfermedad crónica denominada síndrome de pánico. En este caso, además de las frecuentes crisis, la inestabilidad psíquica está presente en todo momento.
La gran incomodidad y situación desesperada no tiene tiempo ni lugar para suceder, puede ser en el tráfico, en la calle, en un bar o en una fiesta. Algunas de las características son sudoración, sensación de peligro, palpitaciones, dificultad para respirar, dificultad para tragar e incluso mareos y desmayos.
Durante los ataques, algunos pensamientos pasan por la cabeza de quienes los sufren, conozca los que más expresan las sensaciones de las víctimas:
1. “No me siento bien”
La primera identificación suele venir con esta frase. Realmente no sabes lo que está pasando, simplemente te sientes incómodo y no sabes qué hacer, cómo reaccionar.
2. “¡Ay no! ¡De nuevo no!"
Para quienes han tenido otras crisis, es más fácil reconocer cuando están en camino, lo que, sin embargo, no permite controlarlas.
3. "¿Qué tan vergonzoso será esta vez solo porque tengo este miedo extraño?"
Al no poder controlar los ataques bajo ninguna circunstancia, las personas que siempre los tienen sienten vergüenza y miedo sin siquiera tener claro por qué se sienten así.
4. “¿Estoy teniendo un ataque al corazón?”
Tanto para quien lo ha pasado como para quien lo está pasando por primera vez, un ataque de pánico puede confundirse con un infarto, principalmente por sus síntomas comunes como sudoración y palpitaciones.
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5. “La gente me está juzgando ahora”
Al mismo tiempo que no se puede controlar la reacción del cuerpo, la persona permanece consciente de todo lo que sucede y de su comportamiento extraño, por lo que teme juicios y miradas extrañas, lo que agrava aún más la inestabilidad psíquica.
6. “¿Por qué no soy normal y valiente como los demás?”
Tal comportamiento trae la respuesta de distanciamiento de muchos y hace que quien sufre los ataques se sienta extraño en relación a los demás, inseguro y sin confianza en sí mismo por no poder controlar totalmente lo que siente, piensa y cómo se comporta en estos momentos.
7. “Moriré”
Dependiendo de la intensidad de estos ataques, la persona puede pensar que se está muriendo. No son un vaticinio del final ni siquiera de mejora, no se sabe por cuánto tiempo estará presente todo ese fastidio.
8. “Quien me gusta mucho estará decepcionado de mí”
Además de preocuparse por las miradas extrañas, el individuo se siente muy mal, se siente “débil”, teme los juicios y piensa que nadie entenderá las razones por las que todo está pasando.
9. “Por favor, haz que se detenga”
Sin poder o poder reaccionar de muchas maneras, la persona que pasa por un ataque de pánico solo puede desear que todo pase lo más rápido posible porque no tiene ningún sentido y no trae buenos sentimientos.
10. “Respira hondo”
Precisamente porque no hay otras salidas para minimizar la situación, la persona simplemente quiere que pase rápido y trata, como mínimo, de respirar hondo para afrontar mejor la situación.
tratamiento y cuidado
El tratamiento para los ataques de pánico puede incluir visitas a un psiquiatra, así como una consulta médica. El problema puede estar asociado con problemas de trauma, así como con cambios hormonales.
Es importante identificar el comportamiento y perseguir su causa para generar una mejora. Además, el paciente debe ser consciente de que todo lo que siente en el momento de su ataque y su forma de comportarse es visto de forma diferente por él mismo y por otras personas. Uno no debe sentir vergüenza ni más miedo por actuar así, solo tratar de solucionar y enfrentar el problema sin causar más miedos e inseguridades de las que ya existen.
Texto escrito por Júlia Zayas del Equipo Eu Sem Fronteiras.
