Soledad: ¿opción o enfermedad?

    Aunque los seres humanos somos extremadamente complejos y contradictorios en términos de actitudes versus pensamientos, muchas veces es posible deducir cómo funciona la mente de una persona. Para los amantes de las historias de Sherlock Holmes, el autor Arthur Conan Doyle trabaja mucho con análisis deductivos sobre su personaje principal, para que el detective resuelva los grandes misterios de los libros. De la misma manera que Holmes demuestra precisión al deducir la forma en que los delincuentes pensaban actuar en los delitos, cualquiera puede mejorar esta característica analizando a las personas cercanas a él. El problema es que no es tan difícil entender la forma de ser de alguien extremadamente comunicativo, pero no ocurre lo mismo con las personas solitarias.



    ¿Por qué algunos se sienten tan bien en grupo, mientras que otros prefieren vivir solos? Atribuir la soledad a algún tipo de patología, como la depresión, se hace de forma errónea y, muchas veces, de forma automática. Estar solo no significa que la persona esté triste, mucho menos que no tenga una imaginación viva o que no sea feliz.

    Soledad: ¿opción o enfermedad?

    Ya decía un viejo refrán que si una persona quiere llegar rápido a algún lado, debe ir sola, pero si quiere llegar más lejos, es mejor que vaya bien acompañada. Una buena compañía muchas veces se relaciona con momentos felices, pero su gran importancia radica en el apoyo que se brinda ante las dificultades que se afrontan. Una persona solitaria tiene tendencia a absorber toda la carga negativa solo para sí mismo, sin compartir sus sentimientos, por lo que puede verse afectado negativamente por los problemas.

    Muchos niños que no son comunicativos terminan creando su propio mundo imaginario. En lugar de compartir su vida con sus amigos, prefieren aislarse con juegos individuales como videojuegos, leer libros, dibujos animados, pintar, etc. Por supuesto, hay casos y más casos, pero en general es interesante seguir por qué el niño elige esta reclusión. Puede ser un problema que ella esconde, pero también puede ser su propia característica. Es un error atribuir todo lo que es diferente a algún tipo de enfermedad o, intencionalmente o no, hacer inferior a este niño porque no es como los demás. Después de todo, ¿qué es exactamente una forma normal de pensar? Probablemente nadie sea capaz de dar una respuesta coherente a esta pregunta, pero es posible decir que la forma de pensar saludable es la que te hace sentir bien y eso es lo que importa. La soledad también puede ser una elección de vida. 



    •  Escrito por Diego Rennan del Team Eu Sem Fronteiras.

     

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