La convivencia, si no está bien trabajada, es motivo para destruir para siempre relaciones que podrían durar para siempre. En el caso de las parejas, muchos acaban optando por el famoso “tomar un respiro” en la relación o buscando nuevas formas de reinventar la relación. Mientras que para algunos esto no es más que el proceso de “quitarse la máscara”, otros creen que la convivencia es la encargada de transformar a las personas o de hacernos conocer un lado que solo fue posible descubrir viviendo el día a día.
Muchas personas logran vivir muy bien durante años o décadas, y lo único que puede separarlos es la inevitable muerte. Además de las personas conocidas por tener una personalidad difícil, el principal factor que agrava la socialización entre personas es la rutina. Hacer las mismas cosas constantemente provoca un desgaste en la socialización, por lo que es necesario salir de la rutina para reinventarse no solo a uno mismo, sino también a quienes conviven con nosotros.
Siempre que sea posible, invite a la persona que está a su lado a almorzar, a una visita o a una película juntos. Dinero no es problema. Un simple paseo por un parque o por el barrio para una conversación amena y divertida es excelente para renovar los lazos de amistad. Otro problema del que se informa constantemente es el exceso de compromiso. Los amigos de mucho tiempo terminan atrapados en responsabilidades familiares y laborales, pero siempre es posible encajar en el horario. Si hoy existe la posibilidad de hacer un programa juntos, recuerda que puede que mañana no sea así.
No menos importante: Siempre que tengas algo que te moleste, compártelo. No te tragues las ranas, ya que pueden desarrollarse malentendidos, haciendo de los pequeños desacuerdos un motivo de enemistad para siempre. Si lastimaste a alguien, discúlpate, incluso si no crees que te equivocaste. Si te enojas por algo, habla y pon un punto en la "i". Una relación sana y duradera debe estar siempre guiada por la verdad.
Texto escrito por Diego Rennan del Equipo Eu Sem Fronteiras.
