Maternidad: ¡el paraíso no es tan real!

    Hola amigos, estoy de vuelta! Después de un largo período cuidando a mi princesita Manuela, ahora las cosas se están calmando nuevamente. Extrañaba mucho escribir, no sé si aún podré mantener la frecuencia que tenía antes, pero ¡vamos!

    ¡Me gustaría agradecer a todos por quedarse aquí y por el apoyo y el aliento habituales!

    Hoy les voy a hablar de un tema en especial que no podría ser diferente: Maternidad.

    He notado, tanto en la oficina como fuera de ella, que hay un ruptura de la idealización de “ser madre” y “ser padre”, y creo que es un pequeño comienzo, pero es un gran paso en este camino.



    Maternidad: ¡el paraíso no es tan real!

    Hoy me enfocaré más en la madre, pero pronto publicaré un texto sobre “ser padre” también.

     Los cambios de rutina son sumamente difíciles, el cuerpo se cansa, las noches de insomnio, las noches de soledad con el bebé, el llanto, el no saber qué hacer. Las mujeres muchas veces se sienten frustradas por no sentir ese amor que tanto se habla, que es incondicional y se desborda en el pecho. En algunas hay un arrepentimiento momentáneo, la sensación de que no van a poder hacer frente, el miedo a que le pase algo al bebé, incluso otras que, en casos más graves, llegan a la depresión posparto, que puede ser leve o llevar a un completo rechazo del hijo.

    Varias madres tienen dificultades para amamantar, en algunos la leche no alcanza y el niño llora, en otros la leche sale en grandes cantidades y la madre vive con dolor. Debido a que no sienten ese sentimiento "maravilloso" de ser lo más hermoso del mundo para amamantar, pueden tener un gran aumento de frustraciones, culpas y miedos. Tener a alguien completamente dependiente de ti te asusta, a veces demasiado.



    Además de las cuestiones físicas, las cuestiones psicológicas afectan mucho la salud de la madre, la mayoría de las veces por exigencias internas y externas (familia, sociedad, iglesia), en cuanto a tener que sentir, tener que ser perfecta, tener que pensar y vivir justamente. por el bebé… y mucha culpa por no poder atender todo esto.

    Y los cambios no paran ahí, el matrimonio por un tiempo ya no es el mismo, la madre necesita estar más enfocada en el bebé, que depende completamente de ella y sobre todo, la mayoría de las madres todavía quieren abrazar el mundo. Quieren cuidar del niño, de la casa, del marido, de la familia… y no se cuidan solas. Terminan por no compartir las tareas, se sobrecargan, se creen heroínas y sufren en silencio y muchas veces solas. Es muy importante tener siempre a alguien a tu lado que no te juzgue, ¡y siempre es bueno tener un terapeuta que te apoye!

    Maternidad: ¡el paraíso no es tan real!

    Hay casos en los que las cosas empiezan a calmarse, el bebé comienza a interactuar con una sonrisa, esos simples cambios que son ovacionados de pie por todos, haciendo que la madre ya no se sienta tan sola, despertando el amor por ese ser. Hay casos que no son del todo así, y que el amor pretendido nunca se concretará, y esto puede lastimar gravemente a esta madre, que probablemente necesitará ayuda profesional.

     Es necesario romper de una vez por todas con las idealizaciones que se generaron y se generan con respecto a la maternidad. Tener un hijo es un trabajo duro y una preocupación de por vida. La vida nunca volverá a ser la misma, de ninguna manera. Hay que elegir tener hijos con el fin de educarlos y guiarlos en el amor para que puedan afrontar la vida y volar, y no porque la familia lo quiera, porque la iglesia lo quiera, porque la sociedad dice que TIENE que ser, NO, no TIENES que ser nada. Lo único que tienes que hacer es amarte a ti mismo y a tu prójimo. Toma decisiones de acuerdo a lo que creas correcto, porque al final eres tú quien llevará los frutos o las consecuencias de ellas.

    Elegí tenerlo, no fue fácil, la vida se puso patas arriba, sufrí, lloré, por momentos pensé que no lo lograría. Hoy puedo decir que tengo el amor más grande del mundo por mi hija, que ella es un regalo divino en nuestras vidas, y cada día le pido a Dios sabiduría para ser una mejor persona, y poder ayudarla a caminar un camino de luz y amor. Tuve mucho trabajo para llegar aquí y lo sigo teniendo. Para mí todo valió la pena, pero así soy yo, no es lo mismo para todos.



    Maternidad: ¡el paraíso no es tan real!


    Por lo tanto, Antes de decidir tener un hijo, piense qué lo impulsa a tomar la decisión., y no te culpes si sientes que no quieres, sigue tu corazón. El amor de una madre y un padre no necesita sentirse y entregarse solo en esta relación, se puede distribuir de mil y una maneras a tantas personas que necesitan un regazo para hablar, alguien con quien jugar o un abrazo. dormir.


    Un beso grande en el corazón amigos y hasta la próxima!

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