Escuchar también es amar

    Escuchar también es amar

    "Hablar es una necesidad, escuchar es un arte".


    Goethe

    Saber escuchar es un arte, como decía Goethe, más aún en un mundo donde muchos hablan y pocos escuchan.

    La gran mayoría solo escucha. Eso es lo que hacemos la mayor parte del tiempo: escuchamos y no escuchamos. ¿Y cuál es la diferencia entre oír y escuchar?

    Aunque no existe un consenso entre los estudiosos, independientemente del término utilizado, aquí consideraremos la siguiente definición.


    Oír se refiere a oír en sí mismo, es lo que capta nuestro oído, nuestro audífono. Oír es recibir sonidos, estímulos sonoros, como música, una campana o un grito.


    Ahora bien, escuchar es algo muy diferente y va mucho más allá. En pocas palabras, sería escuchar atentamente y procesar internamente la información hasta su total comprensión.

    En otras (y más) palabras, es escuchar plenamente. Y esta escucha implica plenamente el uso de tantos otros sentidos también. Es ponerse cerca del otro, uno al lado del otro, y abrirse a lo que recibe; vacíate y recibe al otro en palabras.

    Se trata de una donación, porque no solo escuchamos con los oídos. Hay, en la escucha, la percepción del lenguaje corporal de todos los códigos y señales emitidas por el otro, que serán decodificadas por tu escucha plena.

    El cuerpo habla, pero ¿tú lo escuchas?

    Cuando trabajé en una clínica, varias veces escuché algo que salía de la boca de los pacientes, su habla, pero su cuerpo y sus expresiones corporales y faciales me decían lo contrario. Y, cuando se les preguntó acerca de esta divergencia, muchos se sorprendieron al encontrarme como si, ante ellos, hubiera un vidente o una bruja que leyera sus pensamientos y sentimientos. Pero no. Bastaba escuchar con atención lo que decían con la boca y lo que decían con el resto de sí mismos.


    Nos expresamos no solo con palabras, sino también y principalmente con nuestros gestos, expresión y entonación de la voz.

    Dentro del mundo de los negocios, la forma en que una persona se expresa puede representar si permanece o no en su trabajo. En recursos humanos se utilizan muchas técnicas para medir la capacidad de expresión de un competidor para una vacante. Y el que sabe escuchar es considerado un buen profesional.

    Un buen líder es un buen oyente (o “oyente” y quizás “oyente”) ya que, para dirigir personas, es necesario saber escuchar; Todo buen líder lo sabe.


    Escuchar es una habilidad que construimos, es un ejercicio saludable y de apoyo. Para aprender a escuchar a los demás, primero debemos aprender a escucharnos a nosotros mismos. Es necesario un espacio interior preparado para ello. Al escucharnos a nosotros mismos, abrimos este espacio interno y estaremos más disponibles para escuchar al otro. Escuche con empatía.

    ¿Y por qué parece tan difícil? Por varias razones:

    • Hábitos que creamos para interrumpir el discurso del otro y sacar nuestras propias y precipitadas conclusiones sobre el tema;
      Para escapar de la realidad cuando el otro no dice lo que queremos oír;
    • Debido a la falta de ese espacio interior, no puedo escucharme a mí mismo, entonces no tengo espacio para el otro;
      Dominar el diálogo, la competitividad, “sé más que tú”;

    Y, por último, los estudios muestran que nuestros pensamientos funcionan cuatro veces más rápido que las palabras habladas, por lo que a veces es difícil concentrarse.

    ¿Y qué beneficios trae la escucha completa y de apoyo?

    Un buen motivador para aprender a escuchar sería el hecho de que sea un factor de cambio en una entrevista de trabajo o en tu carrera profesional. Saber lo que realmente quiere decir el hablante al decir algo, sus verdaderas intenciones, puede ser el diferencial buscado por la empresa, que puede garantizar una vacante o apalancar su carrera y generar crecimiento dentro de la empresa.


    Dentro de la convivencia con los demás, podrás donar tu escucha y, olvidándote un poco de ti mismo, demostrarás la capacidad de aceptación, reconocimiento y consideración por el prójimo. Y con todo ello, estarás logrando un gran crecimiento personal.

    • Escuchando el uno al otro
    • Escucha a tu guía interior
    • Escuchar música puede transformar tu energía

    Al abrir estas puertas, tendrás la oportunidad de conocer nuevas formas de comunicación, estarás cerca de ti y del otro, obteniendo un gran crecimiento emocional.


    Escuchar es decir lo importante que es el otro, es respetar a los demás ya uno mismo. Es percibir sentimientos detrás de las palabras y los gestos, es albergar al otro en este espacio interior y generar nuevas formas de comprensión y amor. Escuchar es una manera hermosa de mostrar amor. Porque, en determinados momentos, lo único que necesita el otro es alguien que le escuche.


    En un mundo donde todos hablan y nadie escucha, aprender a escuchar es un gesto de generosidad, sabiduría y humanidad.

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