“Yo no creo en Dios.
"¿Así que no crees en nada?"
- ¡No!
Fíjate que, en cuanto uno de ellos negaba la existencia de Dios, también cerraba la posibilidad de que cualquier otra cosa pudiese llenar ese espacio y llenaba ese vacío con una “nada”. Y por supuesto esta “nada” es algo. algo muy especial, por cierto, ya que es objeto de acalorados debates.
Interesante, no? Lo creas o no, no importa, solo mira la relevancia de Dios en sus vidas.
Si cada uno de ellos está bien con eso, entonces genial, de lo contrario, la pregunta es precisamente la falta de conciencia de pensar que esa “nada” no tiene representación en sus vidas.
Entonces, volviendo al diálogo, el error está en pensar que no creer en algo es no creer en nada.
No creer en Dios significa, por supuesto, creer en otra cosa, solo eso.
Mas el problema es cuando ponemos nuestra fe en algo que no nos hace bien, incluso cuando lo hacemos con las mejores intenciones, pensando que nos estamos protegiendo del daño.
La fe en el mal es algo inconsciente, pero mucho más común de lo que podemos imaginar.
Imagina lo siguiente: ¿Conoces esa situación en la que no te decimos que vamos a comprar algo nuevo para que no “manche” el negocio?
Detrás de esto, está el miedo al “mal presagio” y al “ojo gordo”.
Ahora bien, esto quiere decir que, en vez de poner nuestra creencia de que nada nos puede hacer daño y solo el bien nos rodea, ponemos la fe de que lo que viene de fuera es más grande que nosotros.
Entonces si el prójimo se pone celoso, su poder será mayor que la protección divina que me rodea, por eso no puedo decirle nada.
Después de todo, ¿por qué rezar entonces, vestir santitos o lo que sea, si pongo mi fe en el mal? ¿Si pienso que el otro es más fuerte que yo?
¡Cuando pongo fe en el bien, me hago más fuerte! ¡Por grande que sea el poder del otro, mi protección siempre será la mejor!
La fe en el bien significa que siempre me llegará lo mejor. Que todo lo mío vendrá. ¡Y punto!
Presta atención a dónde pones tu fe. Tus pensamientos y tu poder personal.
¿O crees que tengo más fuerza que tú?
Bueno, encuentra lo que buscas. Siempre tendrás razón.
Me detengo aquí y los invito a tener una charla con café en mi Espacio Terapéutico, ya sea física o virtualmente.
¡Besos en el corazón!
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