Siempre deseamos tener una salud que proporcione el placer de vivir y realizar nuestras actividades con normalidad, logrando las metas planificadas y llegando al límite de la felicidad posible. Pero es un deseo complejo, porque en todo momento se presentan situaciones adversas.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de driblar el clima que se avecina? El pensamiento positivo y el buen humor son fundamentales, ya que fomentamos la energía de nuestros órganos para actuar con la máxima voluntad y evitar enfermedades.
¡Somos una máquina y si el combustible es de mala calidad, no funcionará completamente! El combustible es el pensamiento, y cuando salimos por desánimo, el cansancio toma el relevo. Cuando nos irritamos, el pulso sube junto con la presión arterial, provocando sudoración, dolores de cabeza, lo cual es malo para el corazón.
Pero hoy en día es difícil mantenerse en armonía durante mucho tiempo. Surgen angustias por la violencia en las calles; luchas por hacerse con el poder a toda costa, derrocando a veces a otras; pandemia que impone el distanciamiento y el aislamiento de las personas. Pero es necesario aquietar nuestra mente para tener el cuerpo material en armonía.
¡Pensemos más antes de responder a ciertas molestias, porque la vida se encarga de cargar de sufrimiento a los que están actuando fuera de la ley de Dios, y prueba de ello es que el sufrimiento nos llega diferente a unos y otros! Por superación moral, cada uno trae a este mundo histórico grabado en el cuerpo fluídico, desde que vinimos a la Tierra a pulir y cortar aristas con nuestros semejantes. Somos espíritus en evolución y por eso la paz interior es fundamental para poder clarificar ideas y adoptar actitudes equilibradas.
Otro factor que contribuye en gran medida a la paz interior es la meditación. Dediquemos momentos de recogimiento mental en sintonía con la mayor espiritualidad. Jesús, nuestro intermediario con Dios, nos escuchará y siempre brindará ayuda para nuestras angustias. El sonido de una fuente de agua o el sonido ambiental de los pájaros o el chapoteo de las olas del mar ayudan en la emancipación del alma.
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Nuestro mentor espiritual, ángel guardián estará con nosotros y nuestro cuerpo recibirá los beneficios de la energización, se puede decir que somos así agraciados por el pase espiritual en el momento de la meditación. Las buenas lecturas también nos motivan a la evolución mental para enfrentar las vicisitudes. Los espíritas utilizan el Evangelio en Casa abriendo al azar el “Evangelio según el Espiritismo” de Allan Kardec, leyendo un pequeño extracto. Es una manera de armonizar.
Busquemos elevar el espíritu incesantemente, lo que nos hará fortalecer la mente, llevando energías benéficas al cuerpo material.
