Arrepentimiento: La trampa mental que frena tu vida.

Esas no fueron exactamente sus palabras, aunque eso es más o menos lo que me dijo una vez que hablamos del perdón, qué sería del perdón si perdonar fuera vivir con “quien te pisó el pie”, como si nada hubiera pasado… la historia es para un próximo artículo.

Finalmente, el arrepentimiento no debe estar arraigado en nuestras vidas. Cuando asumes que eres un ser imperfecto, como cualquier otro, no te martirizas ni te juzgas a ti mismo, viviendo con culpa toda tu vida por haber cometido errores. El bien y el mal son relativos y varían de una cultura, sociedad a otra.

Ten presente este “Yo siendo un ser humano, fallo, ¿quién soy yo para juzgar al otro? ¿Qué arrogancia y ego son estos que me hacen pensar que tengo ese derecho?

Realmente, ¿somos tan perfectos, divinos como para juzgar?

Lo vuelvo a decir: No es ser cómplice, pasivo con actitudes inapropiadas y violentas, sino no cargar karma innecesariamente. No tienes que cargar con karma negativo toda tu vida y no tienes que cargar con el karma negativo de los demás. Digo esto porque las actitudes de los demás son su karma, la forma en que reaccionamos es nuestro karma. Este es también otro tema para futuros artículos.

La parte de no ser arrogante hasta el punto de juzgar a los demás se trata de actos de compasión, de no violencia, mostrando caminos para que esa persona encuentre la luz, la evolución. Y eso solo sucede cuando dejamos de juzgarnos a nosotros mismos. Lo que dices de la otra persona es sobre ti y nunca sobre ella, hay algo en ti que hay que trabajar.

Vivir a la ligera funciona así. No juzgarte a ti mismo, ser bueno contigo mismo, verte como un ser defectuoso (no ponerte en un pedestal, no tocar fondo), ser amable contigo mismo en estos momentos (no solo en los buenos tiempos) y no dejar de arrepentirte. . Recordar que lo que pasó en el pasado no se puede cambiar, vivir con arrepentimiento no soluciona nada, solo te retiene, te deja apegado, pero aprendiendo del pasado y tomándolo como aprendizaje en el presente. Ser consciente de que el presente es lo único que podemos cambiar, además de nosotros mismos.

¡Libérate!

Gracias por leer hasta aquí.