¡Yo prometo!

    Mientras viva, prometo amar abiertamente, abrazar tiernamente, ser fiel a mí mismo, hacer sonreír a alguien al menos una vez al día, no preocuparme por los detalles frívolos, no dejar que nadie arruine mi día por completo.

    Prometo ser honesto en mis elecciones, agradecer el olor a tierra mojada, viajar siempre que sea posible, cuidar mi salud, rezar una oración de acción de gracias todos los días.

    Prometo no envidiar la felicidad de los demás, perdonar los errores de los demás (porque todos somos aprendices), sentir ternura cuando veo a un niño jugando. Prometo sobre todo no dejar que el niño que hay en mí se pierda.



    ¡Yo prometo!

    Prometo reírme con ganas, comer palomitas de maíz en el cine, ser amable con los extraños, confiar en Dios. Entender que todo en la vida tiene un sentido, una lección que aprender (o corregir) y que tendré que dar mi brazo a torcer de vez en cuando. Daré lugar a lo nuevo, a las transformaciones, porque todo se renueva siempre, todo cambia constantemente, incluyéndome a mí, incluyéndonos a nosotros.

    También prometo aprender de mis errores y controlar mi ego (en la medida de lo posible). Prometo orar y velar para no caer en trampas y no poner trampas a mis hermanos. Prometo respirar hondo y contar hasta 10 (o cinco, según el perrengue) antes de tomar una decisión precipitada, de la que probablemente luego me arrepienta.

    Prometo no olvidar nunca que ante mí hay un Ser Superior que todo lo puede, que todo lo sabe, y como fui creado a su imagen y semejanza camino siempre hacia el infinito, lo perfecto y lo sagrado. 



    Añade un comentario de ¡Yo prometo!
    ¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.

    End of content

    No more pages to load