¿Cuántas veces dejamos de hacer algo por miedo? ¿Cuántas veces el miedo nos ha impedido tomar decisiones importantes en la vida?
El miedo es un saboteador de sueños, un destructor de la confianza y un repelente del amor, especialmente del amor propio. Su función es únicamente la de advertirnos de los riesgos y peligros que podemos correr en determinadas circunstancias.
El miedo cumple su función cuando nos ayuda a desarrollar la prudencia, que nos aporta la sensación de seguridad. Sin embargo, si el miedo no se vence, se convierte en una prisión mental, que paraliza nuestros sueños, debilita nuestros pensamientos positivos e imprime desesperación en nuestras actitudes.
El miedo excesivo genera una visión equivocada de los acontecimientos que nos rodean y el miedo atrae más miedo, precisamente porque emana el mensaje de inseguridad al Universo, instalando el caos y el sentimiento de impotencia total ante la vida.
¿Y si aun con miedo decidimos seguir adelante? Coraje significa actuar desde el corazón, que es el portador de nuestro propósito, la brújula de nuestro camino espiritual en la Tierra. ¿Y si, con valentía, aun sintiendo miedo, nos aventuramos a lo desconocido?
¡Es posible que un gran miedo se transmute en nuestra mayor aventura! El valor es el atributo de los que aman de verdad, porque los que aman no temen. Las Sagradas Escrituras son siempre actuales:
En el amor no hay miedo; por el contrario, el amor perfecto expulsa el temor.”
(Juan 4:18)- Pruebe dos prácticas para disolver el miedo y la ansiedad
- Entrena tu mente para ver oportunidades en todo
- Usa el coraje para actuar siguiendo tu corazón
- Investiga cuál es la fuente de tu miedo
- Transmutar la vida y renacer a una nueva realidad
- Salta a tus sueños
Las bienaventuranzas comienzan cuando termina nuestro miedo. Las penas dan paso a la alegría, al entusiasmo de contemplar un horizonte de luz e infinitas posibilidades.
Emanemos al Universo la plenitud que nos brinda la felicidad, transmutando el miedo en una oportunidad para expandir nuestra mente frente a los desafíos. ¡Hagamos del coraje el combustible de nuestra alma!
