¡Nada mejor para empezar el año que esa vieja limpieza! Sí, a mediados de febrero empezamos nuestro año después del Carnaval, ¡lleno de magia y esperanza!
Alejados de la pospandemia, inciertos y ansiosos en nuestros proyectos personales y colectivos, pudimos profundizar en nuestras angustias de ese momento y ordenar nuestras ideas y emociones.
Cuando hacemos del acto de limpiar una terapia, disfrutamos de nuestro infinito potencial de humildad y dignidad para practicar esta tarea no tan querida por todos.
Independientemente de la ayuda y de terceros, cuando estamos dispuestos a hacer esta tarea de corazón, podemos arrojar nuestras emociones allí en ese escenario, reflexionar al limpiar y materializar allí una transformación, de repente, a través de la organización, el aroma y la energía.
Bueno, sabemos que la casa es un reflejo de nosotros y nosotros de la casa, un intercambio de energía muy fuerte desde el guardarropa, los cajones hasta los tuppers olvidados. Cada chispa es realmente muy significativa en nuestras vidas, como las paredes, los techos, cada rincón de la casa.
Las miasmas astrales consumen energía en estos lugares y objetos olvidados, por lo que nuestra mente se marea y el estrés se apodera de la casa, de ti y de tu vida por meras tonterías, como polvo.
Por lo tanto, la terapia de limpieza debe tomarse muy en serio, porque nuestra mente es nuestro hogar y debemos cuidar de ambos mutuamente, asegurándonos de que haya equilibrio y armonía, ya que es normal y esperar que se vuelva a ensuciar pronto. Esta limpieza colectiva se puede practicar con música, mantras, colores, olores, minirenovaciones, cambios de mobiliario, de manera que se mantenga un fluir en ambas dimensiones involucradas.
En la línea del cuerpo, comenzamos de adentro hacia afuera también con EMF, alineación de chakras, herbal, floral, terapia de masaje, arcilla, cristales, terapia de baile. Además de adentrarnos en las posibilidades holísticas dentro de su sensibilidad y aspecto, haciéndonos parte del fluir de la naturaleza, sintiéndola y viviéndola toda.
Estamos condenados a estas prácticas, ya que no podemos evitar “ensuciarnos” diariamente en todas nuestras posibilidades, somos bombardeados con noticias involuntarias, conciencia colectiva, contaminación, basura electrónica, polvo, etc.
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¡Y no hay nada mejor en el mundo que estar limpio y tener una casa fragante! ¡Con la conciencia tranquila! ¿¡Incluso el aire es más puro!? A ver... esta práctica tiene que expandirse cada vez más, un gusto tan grande por esta práctica que, de repente, estamos llamando al vecino para que limpie la plaza, el río... ¿alguna vez has pensado en limpiar toda una ciudad, un país, el mundo?
PD: ¡Ánimo, mujer, al romper con las creencias limitantes, la historia, el matrimonio, el machismo!
Ánimo, hombre, de ser quien debes ser, o quien fuiste, o quien serás….
Hola a todos, cambiar roles es trilegal, ¡sigan caminando!
¡Gracias, Namasté!
¡Que todos los seres sean felices!
