¡Sobre las verdaderas amistades!

    Hace un tiempo me comprometí a escribir un texto para hoy, Dia del amigo ou Día Internacional de la Amistad, después de todo, cualquiera que me conozca sabe cuánto amo a cada uno de los míos y lo importante que son en mi vida. Pero por una “ironía del destino” (el universo queriendo entregar su mensaje) el mismo día que necesitaba escribir, me sentía como la persona más sola del mundo, el sin amigos! No es que no existan, sé dónde está cada uno y puedo contar con su ayuda. Pero por varias razones, estos días me he sentido desconectado de ellos.



    ¡Sobre las verdaderas amistades!

    Se acerca la fecha y aumenta la angustia, porque para mí escribir es exteriorizar lo que guardo dentro. ¿Cómo iba a hablar de algo tan apático dentro de mí? No mentiría, pero tampoco quería decir cosas que pudieran lastimar a quienes amo tanto. Sin pretensiones, como una forma de desahogo, publiqué las siguientes historias en Instagram: “¿Cómo puedes escribir sobre personas y relaciones en el momento más introspectivo de la vida?”. ¿Y adivina quién fue la luz al final del túnel? ¡Un querido amigo! quien me contestó: "¡Sobre tu relación contigo mismo, eh!". Cuando leí esto, se me cayó el centavo, y era exactamente lo que necesitaba escribir, todo lo relacionado con este momento mío.

    Me inclino ante todos mis amigos. Sepan que estoy agradecido, los amo y que la amistad de cada uno tiene un papel único y fundamental en mi trayectoria. Pero hoy necesito hablar de esa amistad que olvidé, y que probablemente tú también, en algún momento de tu vida, hayas olvidado, ¡nuestra amistad con nosotros mismos!

    Que acoge, pero que la mayoría de las veces condena, juzga, culpa, señala con el dedo la herida: “Ves, ¿quién te mandó hacer eso?”, “Si te hubieras dedicado un poco más…”, “No ¡uno envió ese mensaje!". Difícilmente nos consolamos con mensajes de amor: “¡Cálmate, todo saldrá bien!”, “¡No te preocupes, hiciste lo mejor que pudiste, fue un trabajo excelente!”. o “¡Eres una puta mujer, él es un idiota!”.

    Entonces, los invito a ustedes que están leyendo este texto a un ejercicio constante: Reconoce en ti a tu mejor amigo, tu mejor compañía. Brinda por esta maravillosa amistad, haz las paces y no permitas que nadie se meta en esta relación. Este proceso lo comencé ayer después de este insight y con pasos lentos pero firmes, nos estamos volviendo a juntar, ¡y hoy abriremos un vino para celebrar nuestra amistad!



    ¡Sobre las verdaderas amistades!


    Lo sé, a veces es más difícil de lo que parece, pero las verdaderas amistades son así, no importa lo sacudidas que hayan estado, siempre encontrarán la forma de acercarse.


    Por eso y por todo lo demás, ¡Feliz Día del Amigo! A mi mejor y a todos los que forman parte de mi y de mi vida!

    namasté

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