Síndrome de Down e inclusión en el aula

El síndrome de Down es una alteración genética resultante de un error en el proceso de división celular, cuando un feto se está desarrollando dentro del cuerpo de la madre. En este caso, en lugar de que esta nueva persona tenga dos cromosomas en el par 21, tendrá tres.

Lo que parece un cambio irrelevante en la organización celular, sin embargo, puede manifestarse en esta persona como ojos rasgados, manos proporcionalmente más pequeñas que otras, rostro redondeado, dificultades motoras, problemas cardíacos, baja estatura, tendencia a enfermedades como hipotiroidismo y diabetes, aumentada. riesgo de infecciones y deterioro intelectual.



Aunque no es posible rehacer la división celular, es importante que la persona que tiene síndrome de Down tenga un seguimiento médico durante toda su vida, para evitar que se desarrollen los problemas de salud antes mencionados. Es importante señalar que el síndrome de Down no es una enfermedad y no debe tratarse como algo a curar.

Después de conocer un poco más sobre qué es el síndrome de Down y cómo puede afectar a una persona, reflexionemos sobre cómo debe funcionar la inclusión de los niños con síndrome de Down en las escuelas. ¡Profundiza en el tema y amplía tus conocimientos!

¿Cómo afecta el síndrome de Down al aprendizaje?

Al hablar de colegios y síndrome de Down, debemos recordar que esta alteración genética provoca un deterioro intelectual, manifestado por el retraso en la articulación del habla, por ejemplo. ¿Significa esto que los niños que tienen el síndrome nunca aprenderán y que no deben asistir a la escuela? ¡No!

Síndrome de Down e inclusión en el aula
Denys Kuvayev / 123RF

Una persona con síndrome de Down tiene un perfil de aprendizaje diferente al de una persona que no lo tiene, y las escuelas deben adaptarse a ello. Este perfil de aprendizaje debe entenderse para que la educación sea inclusiva para todas las personas. A continuación, ¡aprende más al respecto!



Para comprender el perfil de aprendizaje de un niño con síndrome de Down, veamos qué facilita el proceso de aprendizaje. A partir de ello, sabremos qué estrategias pueden aplicar las escuelas, los docentes y las familias en la enseñanza. ¡Verificar!

Facilitadores del proceso de aprendizaje

El síndrome de Down facilita que una persona aprenda de imágenes y gestos. Por lo tanto, es probable que copie los movimientos y actitudes de otras personas, use signos y gestos y sea capaz de realizar ejercicios prácticos cuando esté aprendiendo algo.

Es importante señalar, sin embargo, que el niño en cuestión no sufre una discapacidad visual, lo que puede suceder cuando existe un cambio genético de este tipo. Los signos de esto son ojos llorosos, temblor de pupilas, andar vacilante y objetos que se acercan a la cara, por ejemplo. En este caso, debes colocar al niño en las primeras sillas, entregar textos impresos en letras más grandes y coloridas y usar bolígrafos de colores oscuros al escribir.

Si el niño tiene una discapacidad auditiva, también es posible hacer pequeños cambios para atenderlo mejor. Hablarle directamente al niño, resaltar el principio y el final de la oración, usar gestos y señas y repetir oraciones o palabras son formas de asegurar que todo sea escuchado y entendido.

Como la motricidad puede verse afectada con el síndrome, es necesario desarrollar actividades que trabajen la musculatura del cuerpo, como abrir y cerrar las manos, escribir sobre una superficie inclinada, apostar por ejercicios que favorezcan la coordinación ojo-mano, trabajar la pintando con los dedos y sostenga un lápiz correctamente.

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Las dificultades con el habla y el lenguaje necesitarán paciencia para ser aliviadas. Es necesario escuchar atentamente lo que dice el niño, darle tiempo para comprender las instrucciones dadas, evitar el vocabulario ambiguo, reforzar las oraciones con imágenes impresas y usar objetos para representar ideas.



Otro punto a tener en cuenta es que el período durante el cual el niño estará concentrado puede ser más corto de lo esperado. En este caso, basta con variar las actividades con frecuencia, establecer intervalos entre cada actividad y elegir tareas de corta duración.

Siguiendo estos métodos, asegurándose de que el niño se sienta cómodo y hablando con él a menudo, es posible evitar que actúe de manera inapropiada, ya que sabrá que está siendo acogido y cuidado.

Diferencia entre incluir e integrar

Las escuelas pueden y deben tomar medidas sencillas para garantizar que los niños con síndrome de Down se incluyan en el proceso de aprendizaje. Como vimos anteriormente, se trata de cambios en la forma de enseñar que no perjudicarán a otros alumnos, y que pueden ser aplicados por buenos profesionales.

En este sentido, es fundamental entender la diferencia entre incluir e integrar. Cuando un niño con síndrome de Down se integra a una escuela, se asume que esta institución no desarrolla nuevas formas de enseñar y atender esa demanda diferente. Es como si el niño tuviera las mismas condiciones de aprendizaje que los demás.

Por otro lado, incluir es adoptar métodos que incluyan al niño en el proceso educativo, haciéndolo llegar al mismo nivel que todos los demás, en términos de aprendizaje. La educación inclusiva es la forma de combatir los prejuicios y discriminaciones que estos niños pueden sufrir a lo largo de su vida.

La importancia de dar la bienvenida

Según el censo de 2010, aproximadamente 1 de cada 700 nacimientos tiene síndrome de Down. Esto significa que, en ese momento, aproximadamente 270 españoles tenían esta alteración genética. Sin embargo, los datos del Movimiento Down de 2019 muestran que solo 74 personas con síndrome de Down son o se han graduado de Educación Superior.



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Los datos presentados demuestran que aún queda un largo camino por recorrer para que las personas con síndrome de Down tengan la oportunidad de desarrollar sus propias habilidades, estar presentes en las instituciones educativas y poder vivir en un mundo adaptado a ellas. Combatir el capacitismo es fundamental para que la sociedad deje de ver a estas personas como incapaces de ingresar a cualquier institución educativa.

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Las personas con síndrome de Down no necesitan adaptarse a las escuelas. Son las escuelas las que deben adaptarse a sus necesidades, con métodos didácticos diferentes y atractivos que permitan a los niños desarrollar habilidades que todavía pueden enseñarse. El esfuerzo por promover la inclusión de estas personas en las escuelas y comunidades en su conjunto debe ser colectivo.

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