Siempre me propuse comprender toda la realidad que estaba a mi alcance.
Manera de niña, pero con un lado absolutamente racional. No era suficiente dar cualquier respuesta, me gustaba mucho entender la lógica y la estructura de lo que había detrás de esa explicación.
Observador, voraz de libros y chismoso de conversaciones adultas. ¿Quieres verme feliz? Llámame mini-adulto o demasiado maduro para una niña con mi cara de muñeca. Esa era la realidad que me estaba creando, eso es lo que me gustaba crear.
Automáticamente, comencé a ver la vida de esta manera. Con la mirada de una persona que no tenía la edad que aparecía, que buscaba cosas que no encajaban con mi edad. Con el tiempo me convertí en esa mujer que de tanto buscar cosas distintas empezó a ser etiquetada como la rara, la que “se creía mejor” que las demás, y nunca fue eso, nunca fue eso. ... Hice todo este movimiento inconscientemente.
Yo “solo” quería superarme a mí mismo, quería mejorar, quería desesperadamente creer que era amado y aceptado. Numerosos estudiosos indican que el ser humano tiene 3 necesidades básicas, a saber: ser amado, ser escuchado con sinceridad y ser aceptado.
Ah… porque no sabía eso antes…
Habría sido mucho más fácil… porque cuanto más trabajaba para satisfacer estas tres necesidades, más conflictos veía, creaba, era, hacía y tenía. Digresiones aparte, hoy estoy absolutamente segura de que las cosas pasan por algo y estoy muy agradecida de haber pasado por todo esto, porque estas experiencias me preparan para estar aquí escribiéndote, para ser consciente de quién soy y a quién quiero. ser - estar.
Sigue la imagen del ciclo de la realidad para que lo entiendas.
¿Qué realidad has creado para ti?