Como su nombre lo indica, los cosméticos libres de crueldad son cruelty-free, es decir, no están testados en animales.
Miles de industrias cosméticas y farmacéuticas de todo el mundo acaban sometiendo a los animales domésticos a diversos tipos de pruebas químicas y de laboratorio. La excusa de estas empresas es que las pruebas son importantes con fines científicos, e imprescindibles para que los productos o medicamentos puedan llegar a las estanterías de los supermercados, farmacias y tiendas.
Sin embargo, estas pruebas son inhumanas. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, se realizan sin ningún tipo de anestesia, lo que hace que el procedimiento sea muy doloroso para los animales, provocando una vida de intenso sufrimiento y, en muchos casos, llegando a la muerte inmediata.
Varios países tienen empresas que prueban sus productos de diferentes maneras, pero han abolido las pruebas en animales. Incluso crearon un sello de identificación que se puede encontrar en el empaque de cada producto. El sello tiene la figura de un conejo, símbolo de la prohibición y siempre va acompañado del término 'cruelty-free'.
El Ministerio de Salud es el encargado de regular estos productos, y otros.
Escrito por Flávia Faria del Equipo Eu Sem Fronteiras.
