¡Yo, el coronavirus y mis libros!

Mientras unos admiran los autos, los vinos, los caballos, las armas, y otros se entusiasman con el discurso de los políticos que prometen mundos y fondos que saben que no cumplirán, hay quienes, más atrevidos, como yo, se sienten atraídos por una buena historia. , un buen romance, por los libros.

Aunque hay diferentes gustos en esta materia, la novela parece ser ese género literario que atrae a la mayoría, si no a todas, las personas. Sin embargo, el cuento ha ido ganando cada vez más espacio entre los lectores porque generalmente es una historia más breve y directa.



No importa si te gusta la historia o la novela, lo interesante es leer. Leer nos hace más humanos, nos hace mejores seres, seres más tolerantes. ¡Quién lee, aprende más, sabe más, vive más! La lectura favorece al espíritu humano momentos de profunda alegría, placer, felicidad.

Cualquiera que pensara que en esta pandemia estaba aislado socialmente, se equivocó. Cada semana viajaba a un lugar diferente, y con diferentes personas, a través de la lectura. Hubo muchos lugares que conocí, personas con las que hablé, emociones que sentí. ¡Y lo más interesante de todo esto es que no contraes ni transmites el coronavirus!

¡Yo, el coronavirus y mis libros!
Ron Lilly/ Unsplash

En esta cuarentena, mi primer viaje fue a Bahía a través de la lectura de la novela “Mar Morto” de Jorge Amado. En él aprendí que es “dulce morir en el mar”. Me reí mucho con las historias del viejo Francisco y Rosa Palmeirão. Me conmovió la historia de amor entre Lívia y Guma. Finalmente, recé para que los pescadores encontraran el cuerpo de Guma, pero el autor prefirió dejarlo en el fondo del mar, viviendo con Iemanjá, el destino final de los hombres fuertes, valientes y virtuosos.


En la segunda semana de la cuarentena, todavía afectado por la lectura de la semana anterior, comencé a leer otro libro de Jorge Amado, esta vez “Capitães de Areia”. En este libro aprendí que la viruela afectaba principalmente a los pobres, a los desprotegidos, a los niños de la calle, y la comparé con el coronavirus. Las historias de vida del Padre José Pedro, Boa Vida, Gato, Sem Legas, Profesor, João Grande, Piruleta, Dalva, D. Aninha, Zé Fuinha, me hicieron llorar y, por momentos, reírme. Finalmente, debo decir que fueron las historias de vida de Pedro Bala y Dora las que más me conmovieron. El amor entre los dos era inocente, puro, contradictorio con el ambiente en el que vivían. Cuando Pedro Bala se une al sindicato, poniéndose del lado de los huelguistas, de los estibadores, parece que se redime de todos sus crímenes.


¡Yo, el coronavirus y mis libros!
Rey Siete/ Unsplash

Podría citar muchos otros lugares y personas que conocí en esta cuarentena a través de la lectura, pero por ahora, tal vez afectado por la muerte de George Floyd y Miguel, el niño que cayó del noveno piso de un edificio en Recife, donde su madre trabajaba como una sirvienta, solo citaré el libro “Hermano Negro” de Walcyr Carrasco. En este libro descubrí que el prejuicio está latente en la cultura española y que mata tanto como el tráfico, las drogas, la violencia urbana.

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Finalmente, los libros nos transforman, nos llevan a lugares imaginables, nos brindan placeres indescriptibles, sentimientos nobles, emociones verdaderas. Quien lee nunca está solo, porque siempre hay muchos autores, personajes alrededor. La literatura, la poesía, los cuentos, el romance, hacen la vida más alegre, atractiva, emocionante, llena de esperanza. ¡Piense en eso!



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