Perdón

    Perdón... ¿Cuál es el verdadero significado de esta palabra tan pronunciada, tan escuchada, tan difundida y, a mi modo de ver, tan poco practicada?

    La palabra perdón tiene su origen en el latín “perdonare”. Un acrónimo de “per-” (total, completo) + “donare” (dar, entregar, donar). Al conectar estas pequeñas palabras, encontraremos la manera de convertirnos en mejores seres. La práctica del perdón exige dar, dar amor. Es decir, la comprensión es necesaria para perdonar a una persona.

    Noto que muchas veces la gente dice que ha perdonado a alguien explicando que ya se ha olvidado del hecho. ¿Es realmente posible “olvidar” algo que nos ha hecho sentir heridos u ofendidos?



    Es necesario recordar que todo lo que sucede en nuestra vida lo registra nuestro cerebro y no podemos borrar lo que allí se registra. Pero existe un mecanismo llamado represión, que utilizamos con cierta frecuencia para defendernos de lo que nos hace daño. El mecanismo consiste en enviar al inconsciente el hecho que nos hirió, y lo que ahí se “guarda” parece haber sido olvidado. El punto es que no podemos olvidar las cosas, pero podemos quitarle la emoción a lo que nos molestó. Ahí es donde entra la comprensión. Entendemos que cada uno hace lo que puede, buscamos las razones por las que la persona actuó de esa manera. ¿Está teniendo un problema? Incluso si no nos gusta lo que hizo la persona, quitamos el foco de nuestro dolor y comenzamos a mirar al otro. Esto significa que salimos de nuestro egocentrismo y empezamos a practicar la empatía.

    Es decir, recordaremos el hecho y no sufriremos por ello. Por supuesto, esto suena más fácil decirlo que hacerlo, pero tienes que empezar en alguna parte en algún momento. esta es la hora correcta? ¡Sí! Al fin y al cabo, nos estamos dando la oportunidad de leer el artículo, reflexionar y está en nuestras manos iniciar el ejercicio del perdón. Además, el momento siempre es ahora, cuando realmente queremos hacer algo.



    Pero, ¿cuándo y por qué necesitamos perdonar a alguien? Usamos el perdón cuando nos sentimos ofendidos por algo. El dolor, el rencor y las ofensas roban nuestras energías y nos pueden enfermar. Estos sentimientos pueden generar ira, entre otras cosas, y la ira lastimará a quien la sienta en primer lugar. Esto significa que nos estamos dañando a nosotros mismos, nos enfermamos física y emocionalmente. Perdonar no borra lo sucedido, pero, como se dijo anteriormente, nos hace recuperar el bienestar y la paz.

    Perdón

    Muchos pueden decir que somos tontos por haber sufrido un mal y perdonar a los que lo hicieron. Sin embargo, es importante recordar que somos responsables de nuestras actitudes. Si de verdad queremos ser mejores personas, en ese momento podemos reflexionar de qué lado preferimos estar: ¿el que duele o el que fue herido? Del lado de quien perdona o no quien necesita ser perdonado?

    La Madre Teresa tiene un hermoso texto que tiene algunos de los dichos a continuación:

    “A menudo, las personas son egocéntricas, ilógicas e irrazonables. Perderlos de todos modos.

    Si eres honesto y directo, la gente puede engañarte. Sea honesto de todos modos.

    Dale al mundo lo mejor de ti, pero puede que eso nunca sea suficiente. Dar lo mejor que tienes de todos modos.

    En última instancia, es entre usted y Dios. Nunca fue entre tú y la gente”.

    Que reflexionemos y elijamos el lado en el que queremos estar en nuestro proceso evolutivo. Por tanto, buenas reflexiones y el amor necesario para que este acto germine y florezca en el corazón de cada uno de nosotros.



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