Niños que duermen con sus padres: la cama cálida y peligrosa de mamá

Es muy común que los niños pequeños se presenten en medio de la noche buscando un rincón en la cama de mamá y papá. Esto suele ocurrir entre los 2 y los 5 años. Pero, ¿permitirles acurrucarse entre las mantas de sus padres es algo saludable? ¿Qué hacer cuando esto sucede? ¿Está mal que un niño duerma en la cama de sus padres?

El niño pequeño aún no ha madurado su individualidad. Cuando se despierta en medio de la noche, se siente sola, desamparada y estará tranquila cuando esté cerca de sus padres.



Una actitud interesante en esta situación sería acoger a este niño por unos minutos con cariño y, después, llevarlo de regreso a su cama -aunque eso signifique hacer este viaje varias veces... y no vale la pena llevar al niño y dormir en su cama! Si es necesario, sería mejor pasar unos minutos en una silla a tu lado.

El niño necesita experimentar que sus padres siempre estarán dispuestos a protegerlo, pero que cada uno tiene su lugar en la constitución familiar.

“Ah”, dirían algunos, “pero es tan bueno dormir con mi hijo, es tan indefenso, llora desesperado y termino cediendo, es mucho más práctico dejarlo dormir conmigo, qué madre”. o padre sería si dejara a mi hijo (o hija) solo en esa habitación oscura, fría, solitaria… y tanto tiempo lejos de él en el trabajo”. Son justificaciones muy comunes que se escuchan de los padres, y detrás de ellas hay precisamente una intención de resolver sus propios conflictos emocionales. Pero esto ya es tema para otras conversaciones.

Cuando se permite que los niños permanezcan en la cama de sus padres, se contribuye al desarrollo de numerosos conflictos en el niño en su vida adulta. Veamos algunos de ellos:



Niños que duermen con sus padres: la cama cálida y peligrosa de mamá
Foto de de Ketut Subiyanto no Pexels

Cuando el bebé nace, no ha formado su individualidad; todavía no se ha formado a sí mismo. Hay una indiferenciación entre el bebé y el mundo (es decir, no conoce la diferencia entre él mismo y el otro), y especialmente entre el bebé y quien hace el papel de cuidador -la mayoría de las veces la madre (el el bebé se siente pegado a la madre). Cuando la madre actúa de manera sobreprotectora, no permitiendo que este bebé se vaya alejando poco a poco de ella, puede dificultar la formación del ego. Este vínculo simbiótico entre madre y bebé puede contribuir a que el niño tenga dificultades para relacionarse con qué -y quién- está fuera de esta relación, provocando inseguridades, dependencias e incluso, en casos extremos, comportamientos con características autistas. "¿Pero todo esto solo porque duermo con mi bebé en la cama?" Es que, por lo general, una madre que no permite que su bebé duerma también en su propia habitación, sin darse cuenta, acaba teniendo actitudes simbióticas durante el día. Dormir con el bebé, en este caso, es solo un síntoma.

Además, durante la formación psíquica del niño, éste necesita recibir amor y límites en la justa medida. La protección excesiva generará un niño dependiente e inseguro, que siempre necesitará de alguien que los complete. Es posible que se convierta en un adulto fijado en una etapa de la infancia en la que recibió demasiados mimos.

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Todavía hay otras preguntas: la estructuración de la personalidad y la forma de orientación del deseo en la primera infancia. Una de las bases del psicoanálisis, el complejo de Edipo, está íntimamente ligada a esta estructuración. Según Laplanche y Pontalis, el complejo de Edipo consiste en un “conjunto de deseos amorosos y hostiles que el niño siente hacia sus padres (…), [y] se presenta como en la historia de Edipo Rey: deseo de muerte de los rival que es el carácter del mismo sexo y el deseo sexual por el carácter del sexo opuesto”. Así, el niño (entre 4/6 años) puede desear inconscientemente la desaparición del progenitor del mismo sexo para estar, de manera fantasiosa, con el progenitor del sexo opuesto: el niño, al dormir en el cálido lecho con la madre, cumple un caprichoso deseo de tener a la madre y alejar al padre. Para que, en este caso, el niño pueda convertirse en un hombre que desee y conquiste a otras mujeres y ya no desee a su madre, es decir, supere este complejo, es necesario que haya una prohibición de esta fantasía por parte del padre. Debe quedar muy claro que mamá es la novia de papá. Y lo mismo ocurre con las niñas.



Niños que duermen con sus padres: la cama cálida y peligrosa de mamá
Foto de de Ketut Subiyanto no Pexels

Un niño que duerme en la cama de los padres regularmente termina interfiriendo en la intimidad de la pareja: ¡señale al niño seductor!



Volvamos a nuestro título. La cama de mamá o papá puede ser muy agradable, pero constituye una peligrosa trampa en la formación del deseo sexual y de la personalidad del niño. Debe hacerse que se dé cuenta de que la cálida cama de mamá es para papá.

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