¡Miedo, por ti y para ti!

¿Recuerdas por cuántos miedos has pasado en tu vida? ¿Puedes recordar cada uno de ellos? Algunas personas pueden entender y, al darse cuenta de lo que realmente es, pueden dejar de tener este miedo.

Cuando tenía unos 15 años, recuerdo que estaba en el asiento trasero del auto de mi primo y, de repente, miré por el espejo retrovisor y vi su rostro transformado, como un verdadero monstruo, lleno de cabello, lo que lo hacía parecer más como un mono ¡Lo miré por unos momentos sin poder entender cómo se había convertido en algo tan aterrador! Pensé... ¿qué pasó? ¿Podría ser un hombre lobo y nunca lo supimos? No sé cuánto duró ese sentimiento, pero me costó mucho tener el coraje de mirarlo a la cara, no a través del espejo, sino directamente a la cara.



Me armé de valor y miré y ¿cuál fue la sorpresa? Allí no había nada, solo el reflejo de la luz en su rostro, que visto por el espejo retrovisor provocaba una distorsión de la imagen y yo lo veía así, contaminado por mis creencias internas de la existencia de monstruos y figuras folclóricas.

Y hoy, viendo un video del Dr. Carlos Veiga, me acordé de eso. “El miedo es una ilusión para que no reconozcamos quiénes somos”. Eso me habló, ¿ves?

¡Miedo, por ti y para ti!

Nos pasamos la vida acumulando miedos, ira, frustraciones y tantas otras emociones sin siquiera pensar en ellas. Mirar por el espejo retrovisor y creer en ese monstruo es lo que hacemos normalmente. Crear el coraje para enfrentar el rostro simple y llanamente parece algo monumental, pero cuando estamos dispuestos o nos vemos obligados a hacerlo, descubrimos que el miedo era totalmente infundado. No creas que la vida no te traerá oportunidades para enfrentarlas, porque lo hará, generalmente cuando menos lo esperas. Cuando crees que tienes el control de toda la situación.



Ah, amigo, ¡asegúrate de ir! Puedes elegir: mira a tus pequeños monstruos ahora o espera a que la ola te lo traiga.

¡Miedo, por ti y para ti!

Ha pasado mucho tiempo desde que me enfrenté a mis miedos, a mis monstruos en el espejo y hoy, mirando esta trayectoria (¡que aún no ha terminado, por supuesto!), veo que muchos de ellos no existieron. Creaciones, quimeras de mi ego. Las cosas que más temía que sucedieran en mi vida simplemente sucedieron y me dejaron completamente perdido, desorientado y me han hecho repasar toda mi vida.

Todos estos miedos, uno a uno, han sido enfrentados, deconstruidos y observados con verdad y profundidad. si duele? ¡Oh, sí, duele mucho! ¡Inmensamente! Sin embargo, tras la primera impresión, elaborando cada sensación, cada sentimiento, eres capaz de comprender que “lo que más temes es precisamente lo que te puede hacer libre”.

¡Miedo, por ti y para ti!

Lo primero que se revela es perder el miedo a saber quién eres, qué buscas y qué te mueve por la vida. Salir de la caja, mirarte no a través del espejo de la ilusión, sino darte la vuelta, mirar dentro y darte cuenta de cuántas cosas encajonaste, cuánta acumulación, cuántas cosas heredadas que no sabías guardabas. Aceptar que lo tienes todo dentro es el primer paso.

También te puede interesar:
  • Creencias limitantes: escasez
  • Convivencia y resiliencia
  • Leer es tener la libertad de caminar por donde quieras

Ya puedo agradecer a los miedos, hablarles de igual a igual y decirles: - Ok, ahí estás, pero toma mi mano aquí y vamos juntos. Como dicen: anda asustado, pero anda! ¡Estoy yendo! Pero feliz porque cada uno que he enfrentado me ha aportado conciencia, seguridad, crecimiento y libertad.



Cuando decidas enfrentarte al miedo, elige la verdad, elige mirar lo que te pareció ser, pero no fue. Y, muy probablemente, si tienes el coraje de enfrentarte a estos miedos uno a uno, te sentirás cada vez más libre: “dueño de ti mismo” y capaz de darte cuenta de que solo existían para ti y para ti.

Añade un comentario de ¡Miedo, por ti y para ti!
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.

End of content

No more pages to load