La perfección de la imperfección

Hoy en día tenemos a nuestra disposición numerosas herramientas para cuidar el desarrollo personal, técnicas y procesos sumamente valiosos están disponibles para quienes realmente quieren iniciar un camino de evolución y autoconocimiento. Hay libros de autoayuda y oradores altamente calificados que nos empujan a luchar por la perfección, pero resulta que incluso los mejores instrumentos, cuando se tocan de manera incorrecta, generan un sonido desagradable e insoportable.

Si nos comportamos como el director de orquesta que busca continuamente la perfección, corremos el riesgo de ser aplastados por cientos de normas y reglas que no seremos capaces de respetar y aplicar. ¿Resultado? Más estrés y frustración con la consiguiente disminución de la autoestima.

Si te identificas con el director de orquesta y buscas la perfección a diario, ten cuidado y sé consciente de que eres tú quien se “carga” con muchas obligaciones y reglas a respetar. Si haces las cosas porque deben hacerse como están escritas en ese famoso libro de autoayuda, o porque ese conocido orador te dio algunos valiosos consejos, estás en grave peligro de centrarte en los detalles y sabotear tus metas más deseadas. Todas las obligaciones externas e internas limitan la imaginación y la creatividad, dificultando la verdadera "libertad mental", recuerda que para hacer realidad tus sueños no necesitas "tengo que...", sino "quiero...".



Entiendo tus dudas, probablemente estés pensando: “Diego, hasta ahora has dicho mucho solo para decir que seguir un montón de reglas en realidad hace más daño que bien. Entonces, ¿qué puedo hacer realmente para detener la locura por el perfeccionismo que he tenido durante mucho tiempo y que me estresa tanto? Puede que sepas que nosotros mismos muchas veces creamos una lista infinita de reglas de actuación y comportamiento, esto es sumamente importante, pero no es suficiente para acabar con la manía del perfeccionismo. Tampoco es viable caer en la tentación opuesta de dejarlo todo y vivir sin reglas, porque en este caso estarás satisfaciendo tu perfeccionismo siguiendo la regla del “todo o nada”.



¿Qué hacer entonces?

La perfección de la imperfecciónTres pasos para deshacerse del perfeccionismo

Mi propuesta es seguir tres pasos que pueden liberarte de tu perfeccionismo simplemente poniendo tres reglas nuevas en tu vida diaria.

Tranquilo, sé que te parece raro que para deshacerme de muchas reglas te propongo añadir tres reglas más, pero te pido confianza, paciencia y tres minutos más de tiempo para llegar al final del texto. .

Primer consejo: acepta la imperfección.

La imperfección es vida, movimiento y realidad. La imperfección es evolución, todo lo que es perfecto no se puede mejorar más, es estático, detenido, definitivo. La evolución sólo puede existir donde tiene imperfección. Incluso la naturaleza, en su hermosa imperfección, sigue evolucionando. Acepta que las cosas no pueden ser perfectas y da lo mejor de ti en las mejores condiciones posibles. Esto hará que tu vida sea feliz y colorida. Mira la belleza de la imperfección y aprende a valorarla porque a veces un simple pequeño defecto da como resultado una obra “perfecta”.

Segundo consejo: acepta para empezar.

La búsqueda de la perfección, por miedo al fracaso, es una de las principales causas de la procrastinación. Cuando realmente quieras hacer realidad tu sueño, ten el coraje de hacerlo y vive con la inseguridad de la primera vez, dándote cuenta de que “tienes mariposas en el estómago”. Incluso puede suceder que inicialmente las cosas no sean como las imaginabas, los errores e imperfecciones entorpecerán tu desempeño, pero esto no puede ser una excusa para no comenzar. Recuerda que de los errores podemos aprender mucho y percibir el sabor de la evolución a diario.

Tercer consejo: acepta perder el control (de vez en cuando).

La perfección de la imperfecciónLa vida es movimiento, el cambio es vida. Incluso el universo es caótico. Si pretendes controlar a todos y todo terminará frustrado, el estrés se convertirá en un fiel compañero en el camino de la vida y las cosas sucederán fuera de tu control, incluso sin tu permiso. Aprende a vivir la vida, limítate a dar lo mejor de ti en el camino que vas recorriendo sin pretender controlar cada centímetro del suelo que pisas. Haz como un buen surfista: prepárate para “surfear” la “ola perfecta” sabiendo que puede llegar una mejor.



Relájate, vive y saborea una vida imperfecta. Enfrenta tus estudios y trabaja con una sonrisa aún cuando tengas que lidiar con condiciones imperfectas, disfruta tus errores y aprende de ellos. Respeta pocas y fundamentales reglas, pero sobre todo, respétate a ti mismo y a las personas que amas.

Ser imperfectamente perfecto. Abrazo.

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