La cara oculta de la devaluación.

Hablar de sentimientos y emociones no siempre es fácil; expresar lo que sentimos sobre otras personas o sobre distintas situaciones y entornos es en muchos casos un reto, porque nos pone en contacto con la vulnerabilidad. Si esto nos cuesta, mucho más nos cuesta hablar de cómo nos sentimos, de lo que somos, de la figura de la mujer.

Todos, sin excepción, tenemos sentimientos negativos, pero cuando hablamos de mujer, en un contexto individual y colectivo, predomina un sentimiento negativo que mantenemos en la sombra, tan escondido que ni siquiera nos damos cuenta de que vive con nosotros. estamos hablando de devaluación. Esta es una de las heridas emocionales más antiguas y profundas de la mujer, por eso es tan difícil de identificar.



¿Te ves reflejado en él? Un porcentaje muy alto de mujeres no se ven a sí mismas.

Entonces, ¿qué es la devaluación y por qué es tan difícil de ver?

La cara oculta de la devaluación.

Culturalmente se entiende que es la pérdida de valor. El punto aquí es que todos creemos que nos valoramos, que sabemos que somos importantes y que destacamos nuestras cualidades, pero la realidad es muy diferente a lo que pensamos. Nos valoramos a nivel social, laboral, familiar, en nuestro desempeño y capacidad de estar para los demás, para cuidarlos… Reflexiona: ¿dónde estás aquí en medio de esta situación?

Valorarte a ti mismo no es solo resaltar las cualidades y aptitudes en relación con el otro o las habilidades y estrategias rutinarias que has creado para que el engranaje funcione. Valorarte es aprender a cuidarte y entender que eres fundamental en tu vida.; Es entender que mereces tiempo, descanso, respeto, atención, pero no esperar que los demás te lo brinden, de lo contrario tú eres el responsable de esta situación.



Valorarte a ti mismo es aún más profundo, entonces, ¿por qué no lo ponemos en práctica?

La cara oculta de la devaluación.

Nacemos con la herida de la devaluación; lo heredamos de nuestra madre y de la línea de mujeres que nos precedieron en el tiempo. Con esta herida nos desarrollamos en el útero y también con la frecuencia del pensamiento y la información emocional y genética de la desvalorización. Es decir, de un conjunto de sentimientos que nos llevan a anclarnos en esta herida; este conjunto de sentimientos incluye falta de capacidad, inferioridad, falta de autoestima, falta de amor… Esta raíz llega a ser tan profunda que no nos damos cuenta de que fuimos educados para seguir viviendo con la expectativa de que otros resaltarán el valor de nuestro desempeño, por lo que nos pasamos los años creyendo que esto es “normal” y que los demás nos dan el valor que necesitamos para sentirnos bien y realizados.

Sin darnos cuenta, nos sometemos a las circunstancias, a una herida emocional y sus consecuencias.

Pero ¿cuál es su consecuencia?

La cara oculta de la devaluación.

Creamos una forma de ser, estar, sentir y actuar a partir de la desvalorización y la expectativa de que alguien nos diga: “eres valioso”, “eres muy importante para mí”. Una expectativa que no se cumple y que no basta cuando se nos dice. ¿Porque?

Porque ese sentimiento de insatisfacción no desaparece porque no creamos en él, no lo sentimos así, porque esta herida emocional no nos permite ver más allá y amarnos incondicionalmente.

También te puede interesar:
  • ¡Siéntate, niña!
  • Lucha como una mujer. Criar niñas independientes.
  • Una cierta ligereza – la vida después de los 40

Esto hace que nos esforcemos cada vez más por ser los mejores, perfectos a los ojos de aquellos a quienes pedimos amor. En cambio, hemos vivido así durante tanto tiempo que no recordamos que no estamos pidiendo este amor a los demás, sino a nosotros mismos. Porque nadie más que tú, que yo o ella podamos darnos el valor, la importancia y el cuidado que nos merecemos, porque Tu mayor responsabilidad en la vida eres tú.. Si no te sientes bien y no te cuidas, nadie más puede hacerlo por ti.



No valorarnos, olvidar que estar y sentirnos bien es nuestra responsabilidad tiene un impacto físico.

¿Qué y dónde está este impacto?

La cara oculta de la devaluación.


En un órgano que es mucho más que un simple órgano y que marca parte de nuestra identidad como mujer: el útero.

Sí, el útero es parte de nuestra identidad femenina, esa identidad que se forma no sólo con su presencia, cualidades físicas y fisiológicas, sino también con la identidad emocional y energética individual de cada mujer. Por qué nuestro útero tiene identidad emocional, energía y sensibilidad. Él siente fisiológicamente todo lo que silenciosamente sentimos emocionalmente.


¿Cómo afecta toda esta información de desvalorización en el útero?

La cara oculta de la devaluación.

Altera su identidad, su energía y daña el órgano, creando miomas que son simplemente el resultado de una gran herida de desvalorización, que nos permitió estar sumisos en un estado de invernada emocional en relación con nosotros mismos.

Es hora de despertar, entender que eres mucho más de lo que ves y que necesitas reconectar con tu cuerpo, tus instintos, tus cualidades y empezar a reconocer la mujer que eres.

yolanda castillo

Co-directora da Escuela Integral para el desarrollo humano.

Añade un comentario de La cara oculta de la devaluación.
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.

End of content

No more pages to load