Internet cancela la cultura

¿Conoces a una persona que ya haya sido “cancelada”? ¿O eres esa persona? Si no tienes la costumbre de asistir al entorno virtual de forma rutinaria, es posible que no entiendas de qué se trata el acto de “cancelar” a una persona.

Por otro lado, si siempre estás conectado, ya debes haber identificado que las cancelaciones son bastante comunes en redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram. Por lo general, le pasan a gente famosa, pero esto no es una regla. Cualquiera de los dos está sujeto a cancelación.



En caso de que no conozcas este término, te estarás preguntando qué es, en la práctica, difundir la cancelación virtual. ¿Qué pasa con la persona que es cancelada? ¿Quién define quiénes serán los destinatarios de este proceso? Para comprender mejor este problema, ¡sigue leyendo el artículo!

¿Qué es cancelar la cultura?

Cancelar cultura es, en términos simplificados, la práctica masiva de señalar los errores que ha cometido una persona. Ocurre en las redes sociales y puede incluir el uso de hashtags que indican el nombre de la persona que tuvo una actitud negativa y la acción que realizó. Una vez que se cancela a un individuo, la sociedad teóricamente debería dejar de apoyar a esa persona o de consumir lo que produce.

Señalar los errores de alguien no sería un problema, pero la cancelación se produce de manera que evita que el individuo que es el objetivo de este proceso tome una posición y corrija su propio error. Un aluvión de comentarios negativos y mensajes privados es lo que una persona que experimenta una cancelación puede enfrentar en el mejor de los casos.

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Esta práctica de denunciar los errores de alguien se volvió común en 2017, con el movimiento #MeToo, a partir del cual las mujeres comenzaron a exponer a hombres de alta visibilidad en la sociedad que eran abusivos o agresivos con ellas. En este caso, el abuso no fue solo un “error”, sino un delito. Muchas de las cancelaciones ocurren después de que se denuncian los delitos, aunque esto no es la gran mayoría de los casos.



Luego de que muchos hombres nombrados por #MeToo comenzaran a ser vistos con otros ojos por la sociedad, la población mundial se dio cuenta de que exponer y denunciar situaciones de injusticia, crímenes o errores cometidos por alguien podía tener efectos en la vida real. Con la facilidad de compartir una opinión y movilizar parte de las redes sociales por una causa, se desarrolló la cultura de la cancelación.

¿Quién puede ser cancelado?

Las personas famosas o muy visibles en las redes sociales son más vulnerables a la cancelación. Esto sucede porque más personas están prestando atención a lo que hacen y dicen y, en consecuencia, pueden señalar posibles problemas en los discursos y actitudes que pasarían desapercibidos en una audiencia más pequeña.

Aun así, las personas que no tienen mucha visibilidad, pero que forman parte de un grupo social con diferentes posiciones y visiones del mundo, por ejemplo, estarán sujetas al llamado “tribunal de internet”. ¿Sabes cuando ves a una persona que conoces diciendo algo que no fue agradable y después empiezas a fingir que no existe? ¡Esta es una forma de cancelación a pequeña escala!

Tal vez te estés preguntando si es posible que te cancelen algún día. Aunque no tengas mucha visibilidad en las redes, esto es posible, dependiendo de tus actitudes y discurso. Las siguientes son algunas de las acciones que pueden conducir a una cancelación:

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1) Hacer un comentario ofensivo a cualquier grupo social, como mujeres, negros, indígenas, amarillos, discapacitados, LGBTQIA+, gordos, entre otros;

2) Declarar apoyo a una figura o institución que ya haya practicado acciones discriminatorias o que perjudiquen el medio ambiente y el progreso de la sociedad;



3) Cerrarse a opiniones diferentes a la suya e irrespetar perspectivas de vida que estén reñidas con su forma de vivir -si no son ofensivas-, criticándolas o provocando comentarios negativos sobre ellas.

Por lo general, los famosos que son cancelados realizan algunas de estas actitudes. En algunos casos, lo han estado haciendo durante años, pero eso no niega el hecho de que han tenido una postura condenable. Como tal, ellos y todos los demás están sujetos a una ola de comentarios negativos y críticas.

Cancelación virtual vs vida real

Muchas personas creen que lo que sucede en Internet no tiene impacto en la vida real o no es capaz de afectar la forma en que alguien vive. Pero no siempre es así. Piensa en las cosas que definen el carácter de una persona: cómo actúa, cómo piensa y, no menos importante, cómo es percibida por la sociedad.

Si una persona tiene una imagen negativa o mala reputación, difícilmente se insertará en la sociedad como alguien que tiene una imagen positiva. Una celebridad que tiene muchos seguidores y es muy querida, por ejemplo, tendrá una mayor influencia que una celebridad que no gusta a mucha gente o que ya ha sido cancelada.

En este sentido, la cultura de la cancelación ya no puede ser virtual y traer consecuencias para la realidad. Para entender mejor cómo funciona esto, veamos el caso del actor Johnny Depp, acusado de agredir a su exesposa, la actriz Amber Heard. Presentó demandas contra la prensa que denunciaba las agresiones cometidas por él, pero perdió.

Después de eso, fue despedido de la franquicia cinematográfica “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, en la que interpretaba al villano. Sin embargo, por la aparición de unos segundos en la última película de la secuencia, en la que ya no participará Depp, el actor recibirá un pago millonario. La cancelación por la que pasó no tuvo consecuencias económicas tan negativas como cabría imaginar.



Los fanáticos de la saga, conscientes de las acusaciones contra el actor, celebraron su salida de la secuela de la película antes de conocer la cantidad que recibiría de Warner Bros. Pero Amber Heard también fue blanco de críticas y renuncias por parte de los fanáticos del actor. ¿Qué diferencia las críticas que recibió él de las críticas que recibió ella?

Es importante señalar que la cancelación es promovida por personas que buscan la igualdad social. Por lo tanto, solo se puede hablar de cancelación cuando el objetivo ha realizado una acción o ha dicho algo que perjudica a las poblaciones marginadas. Como Heard es víctima de la situación, aunque recibe comentarios de odio, su imagen frente a la mayor parte de la sociedad es positiva.

Otro ejemplo es la cancelación de JK Rowling, autora de los libros “Harry Potter” y “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”. Además de defender a Depp, hizo una serie de comentarios que se consideraron transfóbicos. JK declaró que las personas trans son homosexuales confundidos, que no son quienes dicen ser y que pueden estarse lastimando a sí mismos a medida que experimentan la transición hormonal. También promocionó una marca de productos que transmitía mensajes transfóbicos en las piezas que vendía.

A pesar de esto, Rowling no fue despedida de su trabajo ni se le impidió seguir produciendo. Por otro lado, ha perdido muchos seguidores y admiradores de su obra, quienes pueden dejar de consumir las creaciones de la escritora, acarreando futuras pérdidas económicas. Molesta por las críticas que recibió, Rowling firmó una carta en contra de cancelar la cultura.

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Para el escritor y las más de 150 celebridades que firmaron el manifiesto, cancelar la cultura es “una moda para la humillación pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver cuestiones políticas complejas con certeza moral”, según el texto de la carta. Este es el punto principal que abordan quienes creen que la cancelación es perjudicial para la sociedad.

Una de las consecuencias más notables de esta cultura es, de hecho, la facilidad para ventilar comentarios negativos sobre una figura pública o no. Cuando alguien es cancelado, inmediatamente surgen críticas masivas hacia esa persona, impidiendo que se entere del error, reflexione y se disculpe, adoptando un nuevo comportamiento.

Lo que sucede con la ola de odio es que crea más inseguridad e irritación, pudiendo limitar la acción de la persona cancelada a una postura defensiva. En algunos casos, el intento de resolver todo y limpiar la propia imagen puede convertirse en un ataque a quienes estarían tratando de ayudar a esa persona a evolucionar. De esta manera, es aún más difícil dialogar sobre los temas planteados y promover la conciencia en un grupo sobre algo que necesita cambiar.

Si en el ámbito virtual la cultura de la cancelación crea un ambiente hostil y desfavorable para el entendimiento y el diálogo, en la vida real puede traer otro tipo de consecuencias. Despidos, reducción de oportunidades laborales y dificultades para hacer amigos son hechos que pueden ser desencadenados por la denuncia masiva de una actitud negativa que alguien ha tomado. Aún así, es posible superar todo esto, dependiendo de la persona que pasó por la cancelación.

Un ejemplo español de este evento es la influencer digital Gabriela Pugliesi. Contrajo el Covid-19 en marzo de 2020 y, aunque tiene menor riesgo de volver a contraer la enfermedad, debería asumir su rol social de influir en las personas para que se protejan. Pero eso no es lo que ella hizo.

En abril de 2020, la influencer organizó una fiesta en su propia casa e hizo publicaciones mostrando que no le preocupaban las consecuencias de esa actitud. Luego, internet condenó la actitud de Pugliesi, quien perdió contratos de publicidad, una parte económica importante del trabajo que desarrolla en línea. Para controlar la secuencia de dejar de seguir y comentarios negativos, desactivó su perfil de Instagram.

Sin embargo, en julio de 2020, la influencer volvió a la red social en la que trabaja, lanzando un video en el que dijo que lamentaba las actitudes que tomó y que aprovechó la cancelación para evolucionar. Con eso, poco a poco, podrá volver a la vida que tenía antes de las críticas que recibió, incluso rescatando a muchos fanáticos que no la abandonaron durante este período.

En vista de todos estos factores, corresponde a cada uno preguntarse: ¿la cancelación de la cultura tiene consecuencias negativas permanentes para una persona? ¿O funciona momentáneamente, como la mayoría de las cosas que se publican en Internet?

¿Cómo luchar contra la cultura cancel?

El problema con cancelar la cultura no es lo que causa. Eso es lo que indica acerca de la sociedad. Incluso con una serie de debates y preguntas sobre lo que debe cambiarse en el mundo, las personas todavía no se sienten capaces de asumir la responsabilidad de lo que dicen y corregir sus errores. Para ellos es más productivo criticar a quienes han indicado que estaban equivocados.

En ese sentido, ¿deberíamos luchar contra la cultura cancel? ¿O es necesario encontrar una alternativa al debate que genera que favorezca el diálogo, la discusión y el cambio de pensamientos y actitudes? Piense en eso.

Es válido criticar la cultura de la cancelación como una forma de crear debates que no promueven un cambio real en la sociedad, pero no podemos decir que está mal denunciar las actitudes y el discurso negativo de alguien. Después de todo, solo a partir de esta denuncia podremos repensar lo que hacemos y aprender de nuestros errores.

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Sería más productivo, entonces, señalar los errores de una persona y esperar a que tome una posición al respecto, hablando abiertamente sobre lo que se debe cambiar y mostrando un nuevo camino a seguir. En el entorno virtual, donde todo debe ocurrir rápidamente, puede ser un poco más difícil adoptar ese comportamiento, pero no es imposible.

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Cancelar cultura es una forma de crítica que aún tiene mucho que mejorar. Es un intento de arreglar los problemas de la sociedad, aunque esto no se hace de una manera comprensiva y respetuosa. En cualquier caso, sin embargo, es importante aprovechar esta disposición a señalar los errores de una persona para promover una evolución en la población, construyendo una realidad en la que es posible equivocarse, corregir el error y cambiar.

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