helechos de arena

    Una tarde en la playa moldeé dos formas en la arena. Diferentes formas de sí mismos. Después de unos minutos de espera, finalmente cobraron vida.

    Me alegro de haberles dicho cómo estaban. frutos de mi creación.

    Ambos me miraron con asombro y sin entender. Estaba listo para contarles más sobre de dónde venían y qué eran, pero fui interrumpido por la llamada de mi madre. Era hora de irse. Me despedí de los dos nuevos seres y me fui.


    Las pobres criaturas se quedaron solas.


    Pronto notaron la presencia del otro. Empezaron a hablar. ¿Quién eres?, preguntó el primero. La pregunta tuvo un efecto profundo en él y respondió: ¡No sé! ¿Y quien eres tu? - Y éste tampoco supo responder.

    helechos de arena

    Comenzaron a mirar alrededor ya nombrar cosas. Vieron agua, árboles, nubes, pájaros y arena. Después de nombrar todo lo que podían ver y notar, se nombraron a sí mismos. El primero se llamó cubo y el segundo esfera.

    Ahora tenían nombres para sí mismos que los distinguían de todos los demás. Después de un tiempo, comenzaron a enfocarse demasiado en estas diferencias y, como no encontraban nada que fuera tan similar a ellos, comenzaron a sentirse especiales. Creían que eran más importantes que todo lo que les rodeaba.

    Pero esta creciente arrogancia no se quedó ahí. Ambos comenzaron a notar las diferencias entre ellos. Pronto comenzaron a discutir sobre sus formas y cada uno argumentaba que la suya sería superior a la del otro. Surgió una rivalidad que poco a poco se convirtió en odio.

    helechos de arena

    Ninguno de los dos admitía nada bueno en el otro. Y en esa guerra, pasaban las horas. Cerraron los ojos a las bellezas que los rodeaban y a su propia, todo lo que importaba era demostrar su superioridad sobre el otro.



    Ni siquiera notaron la puesta del sol y la subida de la marea. Marea que los alcanzó y los desgarró a la vez. Se derrumbaron y sin siquiera darse cuenta abandonaron la existencia. Y en su breve paso por ese mundo que llamaban playa, volvieron a ser arena, sin darse cuenta nunca de la arena que siempre fueron.



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