Masí como la realización personal. Confundimos los dos, porque la realización personal a menudo se recompensa con la prosperidad financiera.
Los dos mayores obstáculos en nuestro camino que nos impiden dedicarnos por completo a nuestro trabajo favorito son la situación económica y la influencia de familiares y amigos.
El trabajo por el que sentimos más amor no siempre es el más rentable. A menudo, parece que no tenemos elección: la necesidad habla más fuerte. A menudo, el trabajo que más nos inclinamos a hacer, al principio, no parece traer una remuneración significativa.
Así, entre optar por la recompensa económica inmediata -orientar nuestro esfuerzo hacia realizaciones puramente comerciales- o la retribución que vendrá años después -tras la acumulación de conocimientos que nos permitan trabajar en el ámbito de nuestro talento-, preferimos la inmediata recompensa, renunciando a nuestra pasión.
Además, quienes eligen el trabajo que aman no siempre contarán con el apoyo de sus amigos y familiares en su campo de apoyo. A la hora de elegir un trabajo que nos apasiona, muchas veces nos vemos obligados a invertir un esfuerzo y una energía extraordinarios en la búsqueda y desarrollo para recopilar, organizar, clasificar y poner a prueba los conocimientos necesarios para desarrollar nuestro potencial y esto, a corto plazo, puede parecer una desventaja.
Sin embargo, a pesar de esta aparente desventaja, la persona que se involucra en el trabajo que ama suele ser recompensada con dos tipos de beneficios críticos:
Primero, descubre, en este tipo de trabajo, la mayor recompensa de todas: la felicidad.
Segundotu recompensa financiera, aunque muchas veces tardará más en llegar, al final será mucho más largo. ¿Porque? Porque el trabajo hecho con amor suele ser mayor en cantidad y calidad que el trabajo hecho únicamente por dinero.
Por tanto, si de verdad queremos acumular dinero, disfrutar de la tranquilidad y encontrar la felicidad, debemos sacrificar la retribución económica inmediata para acumular conocimientos, adquirir técnica y desarrollar la práctica, y sólo así obtener la recompensa. Esta ha sido la experiencia de cualquier industrial, científico, inventor o filósofo desde la época de Sócrates hasta nuestros días.
Ningún trabajo hecho con amor puede considerarse una pérdida de tiempo y energía. Aquellos que hacen más de lo que se espera de ellos serán recompensados tarde o temprano, y mucho más allá de sus sueños más salvajes. Recuerda: tu seguridad no está en el puesto que ocupas ni en las personas con las que interactúas, está en tu capacidad para satisfacer necesidades y resolver problemas.
¡Éxito! ¡Salud! ¡Prosperidad! ¡Vamos!