Orar por algo es pura arrogancia. Es como si tú, criatura, le estuvieras diciendo al Creador cómo debe proceder, porque de manera presuntuosa demuestras que crees estar más preparada para decidir lo que más te conviene, pero eso no es todo...
Cuando pides protección, por ejemplo, estás alimentando la idea de que eres débil, limitado, desprevenido, y refuerza una creencia equivocada en ti mismo. Termina alimentando ideas de incapacidad, vulnerabilidad, en fin, mentiras que no corresponden al gran Ser que eres.
Cuando pides conquistas materiales, te equivocas aún más, pues crees que su realización depende de bienes de consumo duraderos o no duraderos, cosas de un mundo impermanente e ilusorio. La realización no es nada de eso, la realización es conocer lo Real, como el mismo nombre lo dice, esto implica deconstruir toda una identificación con el mundo de ilusiones que te adormece.
Cuando clamas por justicia, incluso estás siendo agresivo, porque piensas que alguien te ha agraviado, crees que eres vÃctima de la incompetencia universal, porque permitió que sucedieran tales cosas y que no mereces lo más mÃnimo. las desgracias que te acontecen.
Cuando le pides a Dios que te quite el dolor, estás siendo acomodado. ¿De verdad crees que este dolor no tenÃa un origen, no tiene un objetivo y se puede sacar con la mano?
No, amigo mÃo, el dolor es necesario para provocar inflexiones en tu conducta, sin él no te moverÃas, por lo tanto no habrÃa crecimiento.
El dolor nos saca de la inercia, motiva el cambio, amplÃa nuestra comprensión y desarrolla nuestra Conciencia.
Si quieres orar de la manera correcta, guarda silencio. La mejor manera de entrar en contacto con Dios es a través del silencio, por eso la meditación es tan poderosa.
Jesús nos enseñó el Padre Nuestro. Esta oración es perfecta porque se reduce a alabanza y acción de gracias.
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Cuando quieras pedir algo, pide fuerza y ​​coraje para resistir las tentaciones, nada más, el resto es solo enfocarte en la gratitud.
Esta es la manera más sensata de orar, porque la repetición de textos largos y agotadores seguramente no te traerá lo que más necesitas: el encuentro contigo mismo.
