Qué decir sobre la oración:
¿Es la cura para todos los males? ¿O es solo la ilusión de mentes dominadas por el miedo?
¿Miedo al futuro incierto con las noticias del día a día, miedo a la muerte que acecha a todos a través de enfermedades, desastres y especialmente a través de la violencia?
¿Miedo de qué en realidad?
Miedo al amor, miedo al sufrimiento, miedo a mirar hacia atrás y ver que tu tiempo se ha ido, miedo a mirarte al espejo y enfrentarte a tus debilidades.
¡No! La oración no es una ilusión. Nos da fuerzas para afrontar todas nuestras desilusiones.
A través de la oración nos conectamos con el plano mayor, física y espiritualmente. Nuestra energía se expande, alcanzando planos superiores y fortaleciéndose en ellos.
Nuestra mente se libera de todos los miedos y todos los sufrimientos, ya sean físicos o espirituales.
Ahora el incrédulo dirá: "¿Cómo puede suceder esto si no veo nada?"
Tampoco vemos el aire que respiramos, no deslumbramos el sonido que recorre grandes distancias a través de nuestros propios celulares y existen.
En la oración encontramos la paz de nuestros amigos espirituales. Podemos imaginar que no siempre nos sirven, pero esto también es un gran error.
Cuando rezamos con el alma abierta, sabemos que no debemos pedir nada al Padre Mayor, ya que él sabe lo que realmente necesitamos. No todo lo que queremos nos hará bien.
Estemos seguros de que la oración siempre traerá un beneficio aun cuando no podamos percibirlo.
¿Cuántos van a los Centros Espíritas, Iglesias y todo tipo de Templos, para orar y pedir ayuda especialmente para las personas enfermas y cuando no se curan se van diciendo que sus oraciones no fueron escuchadas? Amigos míos, la cura no está en la materia sino en el Espíritu y éste siempre se beneficia con la oración. No importa si es hermosa o solo una mirada de ternura.
Somos parte de un inmenso océano de energías. Compartimos todo con todos. ¡Hijos de Dios, amados por él!
¡Tomemos la mejor decisión, oremos por la paz comenzando por nuestra paz interior, el equilibrio de nuestra mente, la bondad de nuestro corazón, la fuerza para resistir las miserias de la vida!
Fortalémonos y unamos fuerzas para amar a todos como verdaderos hermanos.
Clara de Assis cuando oraba exhalaba perfume a través de su sudor.
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Jesús dijo: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Para ello necesitamos empezar por amarnos a nosotros mismos, dándonos el derecho de absorber estas dulces energías traídas a través de la oración. Solo toma unos segundos decir: “Gracias Padre por un día más en mi vida”.
Somos, sí, energías vivas. Podemos vibrar como queramos.
La decisión es nuestra.
