Los Arquetipos traen una vibración que actúa sobre nuestro campo EMOCIONAL y sobre nuestra frecuencia. Cada persona, en particular, está viviendo bajo un determinado tipo de arquetipo, en un determinado momento de la vida. Y hoy, quiero hablar sobre el arquetipo de la madre. Este arquetipo de belleza esplendorosa y magnífica que nos trae la idea de amor supremo, cuidado y protección. La figura materna representa la caridad, la fertilidad, el alimento, el cuidado y la fecundidad; por lo tanto, este arquetipo trae la idea de prosperidad, de administrar y dar frutos propios al mundo.
Cuando hablamos de una madre nos viene a la mente la idea de la mujer que cuida, que protege, que nutre, que defiende a sus hijos. Sin embargo, hay madres que son malas con sus hijos. Pero, por regla general, las madres suelen amar incondicionalmente y, por lo tanto, perdonar y cuidar a su descendencia. El arquetipo de la madre representa a la mujer que engendra, protege y ama. Y por lo tanto este concepto de madre ya está dentro del inconsciente colectivo. La idea arquetípica y primordial de una madre ya está tan arraigada en nuestro subconsciente que, cuando percibimos, por ejemplo, algunos niños que han sido maltratados y abusados o abandonados por sus madres, notamos que estos niños pasan casi -si no – toda su vida en busca de comprensión, e incluso tratamientos para superar los bloqueos que estos comportamientos de estas madres consideraban malos les imponían. Y mucha gente se pregunta: “¿Qué clase de madre es esta que abandonó a sus hijos, o que los maltrató?”. Y algunos todavía dicen: “Este comportamiento no se corresponde con lo que es ser madre”. ¿Y por qué muchos de nosotros a menudo hacemos este tipo de preguntas? Precisamente por la idea que representa el arquetipo de la madre en el inconsciente colectivo. Es decir, la idea de lo que es ser madre ya está muy almacenada en el subconsciente de todos; cual es la idea de aquella mujer cuidadora y protectora de sus hijos.
Cuando un niño recibe de una madre un trato contrario a lo que representa el lado luminoso de este arquetipo -es decir, amor, cariño, cuidado, nutrición y protección-, en la gran mayoría de los casos, se genera un gran problema en la vida del niño. , que desde la infancia hasta la edad adulta y la madurez. Algunas personas que tuvieron desafíos con sus madres llevan este dolor incluso en la vejez, llegando incluso a morir sin resolver estas situaciones dolorosas enfrentadas con sus madres. La vida de estos niños se vuelve pesada y bloqueada. Y por eso es muy importante replantear cualquier tema no resuelto con la madre. Pues una vez que tengamos esta sombra impregnando nuestro inconsciente, tendremos muchas dificultades en la vida. La energía de la prosperidad está bloqueada, ya que el arquetipo de la madre representa generar, nutrir, dar frutos y liberar sus frutos al mundo. La madre concibe, incuba, nutre y espera pacientemente el proceso de desarrollo de nueve meses de su bebé, luego lo deja nacer. En otras palabras, la madre pone una vida en el mundo y lo cuida.
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La energía de este arquetipo es muy importante para que podamos darnos, expresarnos y poner nuestro amor en el mundo. Si puede haber problemas que aún no han sido verdaderamente resueltos con la madre, tampoco podemos recibir el amor del mundo. Y eso es porque la energía de la prosperidad se bloquea en nosotros, por las sombras de nuestro niño interior herido y lastimado. Por lo tanto, si enfrenta alguna dificultad en su relación con su madre, ¡debe perdonarla! Pero antes de que puedas perdonarla, ¡debes perdonarte a ti mismo! Tu niño interior está herido. Y necesitas cuidar, amar, perdonar, proteger y acoger a tu niño interior.
