A menudo, la falta de conocimiento sobre enfermedades y otras condiciones de salud puede conducir a elecciones equivocadas y discursos prejuiciosos. ¿Has oído hablar de la dislexia? Esta condición lleva a las personas a intercambiar palabras y tener dificultad para hablar, acciones que pueden dificultar las relaciones interpersonales.
Conocer cómo se desarrolla y desmitificar sus características es algo fundamental para todos, especialmente para quienes trabajan en escuelas o conviven con niños. Sin embargo, la dislexia afecta a personas de todas las edades. Conozca más sobre sus principales síntomas y factores de riesgo, así como sus alternativas de diagnóstico y prevención.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un trastorno hereditario de un factor genético que afecta principalmente a la capacidad de aprender, ya que tiene el poder de provocar una dificultad en la comprensión de símbolos gráficos, además de una ausencia de memoria fonémica. De esta forma, los portadores empiezan a cambiar las letras y no poder escribirlas. A pesar de esto, el trastorno no está asociado con inteligencia y bajo coeficiente intelectual. Debido a estas características, la dislexia se descubre comúnmente durante el período de alfabetización de los niños.
El trastorno es causado por un cambio en los genes cromosómicos y suele ocurrir de forma hereditaria, lo que explica la alta tasa de casos entre personas del mismo círculo familiar. Según investigaciones recientes, tal y como afirman representantes de la Asociación Española de Dislexia, la causa de la dislexia puede estar asociada al periodo del embarazo: cuando la madre desarrolla un alto nivel de testosterona.
Alrededor del 70% de las personas disléxicas son hombres, y el descubrimiento del trastorno no solo ocurre durante la primera infancia, también puede ocurrir durante la juventud o la edad adulta, aunque es más difícil que suceda.
Los síntomas
El síntoma principal de la dislexia es la dificultad del portador para aprender conceptos básicos de lectoescritura. Por lo tanto, los disléxicos desarrollan rasgos característicos durante esta fase de enseñanza, como dificultad para hablar, debido al intercambio de letras similares (det, peb, por ejemplo), errores ortográficos constantes, intercambio de sílabas. Además, también es recurrente la facilidad para confundir derecha e izquierda, lo que lleva a la desorganización espacial y temporal. Sin embargo, los síntomas varían según el grado del trastorno en cada portador.
¿Cómo se diagnostica la dislexia?
Desde el momento en que padres y profesores notan la reaparición de algunos de los síntomas enumerados anteriormente, el diagnóstico lo realizan una serie de profesionales de diferentes áreas de la salud y la educación. Esto se debe a que, antes de afirmar que un paciente sufre de dislexia, los médicos deben descartar otras afecciones y enfermedades. Es decir, el diagnóstico de dislexia se realiza excluyendo otras posibilidades. Se unen psicólogos, pediatras, oftalmólogos, pedagogos, logopedas, entre otros especialistas.
Los estudiosos del tema refuerzan la importancia de realizar diagnósticos tempranos, apenas aparecen los primeros síntomas, durante el período de alfabetización de los niños. Cuanto antes se haga esto, mejor para el paciente y su salud mental. Es importante recordar que los niños y adultos disléxicos, antes de descubrir la condición, son comúnmente etiquetados como tontos y otros tratamientos despectivos.
¿La dislexia tiene cura?
Al tratarse de un trastorno de reciente descubrimiento, para la historia de la Medicina la dislexia aún cuenta con poca literatura, a pesar de la existencia de una serie de profesionales y entidades comprometidas con el avance de los estudios sobre el tema, como la Asociación Española de Dislexia, por ejemplo. . Por lo tanto, hasta la fecha, aún no se ha descubierto una cura para la afección.
Tratamientos
Como la dislexia no tiene cura, los tratamientos indicados por los médicos sirven para minimizar los efectos de las dificultades de aprendizaje a lo largo de la vida del portador. Por ello, se recomienda, desde el momento del diagnóstico, un intenso seguimiento psicológico (psicopedagogos y otros profesionales del área infantil, en caso de portadores diagnosticados en la infancia). También se recomienda que los disléxicos asistan a logopedas para un correcto trabajo en el desarrollo del habla. Con estas y otras guarniciones es posible tener una vida tranquila y feliz.
Actividades para ayudar a las personas con dislexia
La dislexia tiene como uno de sus rasgos el desarrollo de una fuerte creatividad. Por ello, los expertos aconsejan la práctica de actividades lúdicas y placenteras que favorezcan el desarrollo creativo de los pacientes. Entre las prácticas recomendadas se encuentran dibujar, pintar, jugar videojuegos y otros juegos de cartas y/o de mesa, deportes y actividades grupales. Muchas de estas actividades tienen versiones únicas dirigidas a personas con dislexia.
¿Cómo es la vida de un disléxico?
Según especialistas de la Asociación Española de Dislexia, el trastorno puede afectar del 0,5% al 17% de la población. Así, es posible afirmar que no es un trastorno tan raro, a pesar de que los estudios sobre el tema no son clásicos y extensos. La rutina de una persona con dislexia requiere unos cuidados específicos y una cierta dosis de paciencia por parte de él y de las personas que le rodean.
El día a día de una persona disléxica no consiste en una vida paralizada, al contrario, la creatividad suele conducir a una proximidad con las artes, por ejemplo. Entre los principales artistas conocidos, muchos fueron o son portadores de dislexia, como los pintores Leonardo da Vinci, Pablo Picasso y Vincent van Gogh, la actriz Whoopi Goldberg y el director Steven Spielberg. El físico Albert Einstein también tenía dislexia.
Conocer más sobre la dislexia nos permite evitar cometer una serie de prejuicios que solo entorpecen la vida del paciente y sus familiares. Además, la lectura básica sobre el tema es fundamental para todos, ya que podemos convivir con personas disléxicas sin saberlo.
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Tratar a estas personas con naturalidad hace que las relaciones entre todos no tengan un clima pesado y lleno de dedos. Léalo, páselo a los compañeros y esté siempre dispuesto a compartir las diferencias y convivir con todos de la forma más sana posible.
