Dale alas a tus hijos

    Algunas madres defienden la idea de que los niños “fueron creados para el mundo”, porque sabemos que, al igual que otras personas, algún día crecerán, madurarán e irán en busca de sus sueños y metas. Así que la oración anterior tiene perfecto sentido. Las madres, los padres y los miembros de la familia que animan a sus hijos a ser personas íntegras, correctas, decididas y capaces de alcanzar todos y cada uno de los sueños son personas dignas de elogio.

    En algunos casos, vemos que esto no sucede. Algunos niños son criados dentro de una especie de “cúpula”, impidiéndoles madurar con los demás, protegiéndolos de todo. Este es un gran peligro, ya que crecen para convertirse en adolescentes y adultos temerosos, mimados o incluso cobardes, ya que siempre han aprendido que las cosas deben suceder a su manera o desconocen los problemas que surgen de la sociedad y la vida.



    Deje que su hijo sea independiente (lentamente)

    Una forma efectiva de ayudar a los niños a ser independientes es darles responsabilidades desde una edad temprana. Delegar pequeñas tareas a lo largo de su infancia, como hacer la cama o recoger el plato después de las comidas. Dejar que los niños se sientan útiles es clave para que sean adultos de confianza.

    La propia educación es otro factor determinante. El niño, a través del ejemplo de los miembros de la familia, adquiere su conciencia de ser humano y de ciudadano, convirtiéndose así en una persona de respeto.

    No confundas el amor con la adicción.


    Según Rubem Alves “confundimos el amor con la dependencia. Sentimos erróneamente que si nuestros hijos vuelan libres ya no nos querrán más. Creamos situaciones innecesarias para mostrar lo esenciales que somos. Nos preocupamos por señalar cualquier situación que requiera de nuestro consejo o guía, porque en el fondo lo que necesitamos es sentir que aún somos amados. A menudo confundimos el amor con la seguridad. Por exceso de celo o de protección, cortamos las alas de nuestros hijos. Les impedimos buscar respuestas propias y vivir sus sueños en lugar de los nuestros. Estamos tan seguros de que sabemos más que ellos, que el puerto seguro se convierte en un ancla que les impide surcar las olas de su propio destino”.



    Dale alas a tus hijosEste es un error que cometen muchos padres y familiares. Necesitamos dejar que nuestros hijos sueñen, luchen, sufran, porque así como nosotros ya sufrimos las tormentas de la vida y fuimos resilientes, de ello depende su maduración. Por supuesto que siempre estaremos ahí para ellos, pero lo más importante es permitirles aventurarse y transformar sus vidas para mejor siempre.

    Tener hijos, personas a las que hay que cuidar y ser en quienes hay que confiar no es tarea de todos, sino de actitudes y sentimientos divinos. Sólo los que son madre y padre lo saben. Y navegar por estos mares, muchas veces en calma, trae también una serie de tormentas, pero que se pueden superar una a una.


    Permítete, ten el coraje de dejarlo volar. Y, seguro, la frase “el buen hijo, la casa vuelve” se hará realidad.


    Escrito por Bruno Melo del equipo Eu Sem Fronteiras

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