Para entender cómo manifestamos nuestros deseos, primero debemos reconocer la diferencia entre deseo y necesidad. Mientras que nuestras necesidades son cosas que necesitamos, nuestros deseos son cosas que queremos (y no necesariamente necesitamos). Analizar lo que ya tenemos y lo que nos falta es el primer paso.
Siendo conscientes de nuestras necesidades, la forma en que manifestaremos nuestros deseos para conquistarlas está definida por algunos factores. El primer factor se refiere a nuestras actitudes. La Ley de Atracción indica que todo lo que sentimos, decimos y pensamos emana hacia el universo. Después de eso, el universo nos devolverá lo que emanemos. Es decir, si tenemos pensamientos y actitudes positivas, recibiremos vibraciones asertivas y podremos cumplir nuestros deseos. Por otro lado, los pensamientos y actitudes derrotistas y pesimistas pueden llevar a una retroalimentación negativa del universo, dificultando la trayectoria para obtener lo que deseamos.
Otro factor que interfiere en la forma en que manifestamos nuestros deseos es cuánto mostramos nuestra gratitud por todo lo que ya se ha obtenido o conquistado. Si una persona es capaz de reconocer las cosas que ya tiene, así como sus necesidades, y aun así ser agradecido por todo, las buenas energías estarán a su favor.
Además, es importante pensar en los valores que tenemos y cómo afectan a otras personas y/o incluso a nosotros mismos. Estos valores definen cómo actuamos, qué queremos y cómo lograremos nuestros objetivos. Las actitudes regidas por el respeto, la lealtad, el amor, la confianza y la comprensión serán siempre las más idóneas para emanar vibraciones positivas y lograr nuestros deseos, sin perjudicarte a ti ni a otras personas.
La forma más recomendable de manifestar tus deseos al universo es emanar energías y pensamientos positivos y, si es posible, escribir cartas verbalizando tus intenciones y agradeciendo al universo todo lo que ya te ha sido concedido.
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