Habían pasado 40 años, y yo estaba en la búsqueda incesante de encontrarme, de saber quién era y para qué había venido a este planeta, y me buscaba en todo. Hasta que en uno de esos momentos en que pensábamos que íbamos a llegar a Japón, estábamos tan en el fondo del pozo, me di cuenta que yo era la misma, esta Valeria, y que la solución sería aceptarme.
Hay miles de libros de autoayuda, cursos, sitios web, tantas creencias religiosas, tantos milagros, ¿y yo? ¿Hubo algo malo conmigo o con las técnicas utilizadas? ¿Me faltó coraje, fe, actitud, o todo eso?
Había tomado todos los cursos de autoayuda que puedas imaginar, leí varios libros y todavía estaba en el mismo lugar. No puedo decir que no me motivó, pero la duración de la motivación interna fue muy corta.
Pronto volvería al estado de oruga, pronto desaparecerían mis alas de mariposa construidas por libros y cursos, y ahí estaba yo, atrapada en mi capullo imaginario, inmóvil frente a una vida hermosa llena de oportunidades que el capullo del miedo, la vanidad , el orgullo , la ignorancia me impidieron sentir, ver, darme cuenta.
¿Creías en los maestros, en las técnicas, “por qué” no sucedió? ¿Dónde estaba este Dios?
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Perforaba tarjetas en la iglesia, era espiritista, visité varias religiones. Algo tenía que funcionar para mí, después de todo, decían que yo era hija de un Dios Poderoso, que me salvaría de mi estado de oruga, para convertirme en una hermosa mariposa.
Y fue un camino largo y pesado la forma en que caminé, arrastrándome de un lado a otro, buscándome a mí mismo, dando poder a los demás, hasta que un día todo comenzó a cambiar.
Empecé a darme cuenta que el estado en el que me encontraba (oruga) tenía una razón, miré con verdad y me di cuenta que solo tendría alas fuertes si me enfocaba en deconstruir mis ilusiones y, aunque me doliera, volví a empezar. Pero ahora reconstruir sería con una nueva visión de mí mismo, de la vida, del Dios que finalmente descubrí en mi ser.
Los invito a que mediten conmigo estos procesos, deconstruyan, construyan, y si quieren arriesgarse, traten de sentir las alas, los logros. Solo dale lo suficiente y sigue sacando lo mejor del estado de oruga.
Ahora te preguntas, ¿cómo se convirtió esta oruga en mariposa?
Respondo que fue cuando descubrí Acceso al Inconsciente, conociendo el Psicoanálisis.
En futuros textos hablaremos más sobre este tema.
¡Hasta luego!
