Casi todo el mundo relaciona la nostalgia con algo bueno, pero ¿no se equivocan? Después de todo, ella es un sufrimiento como cualquier otro. “Ay, cómo me duele extrañarte tanto…” ¿Quién no ha escuchado o sentido eso?
La nostalgia señala, pura y simplemente, la existencia del apego, revela que no podemos deshacernos de algo o de alguien, aunque sea el más querido o el bien más preciado, no importa. Todo lo que nos provoca este sentimiento demuestra lo apegados que estamos a lo que creíamos tener.
El amor no tiene nada que ver con el dolor, porque no causa ni causará nunca malestar a nadie. No extrañamos porque amamos, extrañamos porque estamos llenos de remordimiento, culpa, frustración y sentimientos negativos que nos atan al objeto amado. Estamos, en ese momento, impulsados por preguntas internas como: “Me hubiera gustado haber hecho, haber dicho, haber amado más, haber probado, haber aprovechado mejor el tiempo que estuve con esa persona. etc.”, finalmente, el epitafio es largo.
El amor, como explica el apóstol Pablo en la Carta a los Corintios, no busca sus propios intereses. Quien ama libera. Este tipo de posesividad no tiene nada que ver con el amor, sino con el egoísmo, significa que estamos en una prisión emocional, atrapados en el pasado y teniendo dificultades para vivir sin las tablas a las que nos aferramos mientras nos sumergimos en el océano de la existencia. . Transformamos al otro en cualquier tipo de apoyo y extrañamos ese apoyo, mucho más que la persona misma.
El anhelo es sólo otro tipo de pasión, porque todo lo que llevamos de importancia y significado no es amor, es pasión; no importa si se trata de una ex novia o de una madre fallecida, cualquier exageración que le demos a este amado objeto solo demostrará cuánto le estamos apegados, por lo tanto significa que ciertamente nos veremos obligados a liberarnos, aunque sea con gran dolor, de lo que emocionalmente nos esclaviza.
Cuando Jesús dijo: “Quién es mi madre y quiénes mis hermanos”, demostró, entre muchas cosas, que estaba en un nivel de desapego de la gente que todavía era incomprensible para ese pueblo atrasado.
Llevar en el corazón un sentimiento de amor, buenos recuerdos, gratitud por alguien no se puede confundir con sufrimiento. Por el contrario, aporta un profundo bienestar y no causa ningún dolor como lo haría la nostalgia. El poeta Vinícius retrató este sentimiento en una canción compuesta en colaboración con Tom Jobim: “Sin ella, no hay paz, no hay belleza, es solo tristeza y melancolía que no me deja…” ¡y así es! Es solo tristeza y melancolía, entonces es un sufrimiento terrible.
El hombre necesita comprender que no es un recipiente cualquiera, comprender que no necesita personas ni cosas que lo llenen, de hecho, necesita llenarse de Conciencia y comprender que todo lo que necesita ser ya lo es.
¡Basta de anhelos!
