¿Qué es el autoconocimiento? Escuchamos mucho esta palabra y posiblemente creemos que nos conocemos y que sabemos exactamente quiénes somos.
Por un lado, sà sabemos algunas cosas sobre nosotros mismos, tenemos información concreta sobre nuestra vida, nuestra historia y por lo tanto sobre quiénes somos.
Yo, por ejemplo, soy Juliana, tengo 43 años, me gusta viajar, leer, trabajar, soy curiosa y tengo una vida ocupada con dos hijos, tres perros y un esposo. Y puedo pasar mucho tiempo hablando de mi historia y de lo que sé sobre mÃ. Lo mismo va para ti.
Sabemos varias cosas de nosotros mismos y podemos decir que esto es el autoconocimiento. Sin embargo, hay tantos otros que preferimos NO saber de nosotros mismos o que son tan recelosos que pocas veces accedemos a ellos y todavÃa hay otros que solo descubrimos ante situaciones que suceden en nuestra vida.
Encontramos asà un matiz de autoconocimiento que exige un conocimiento más refinado, que exige observación, aceptación y no juicio. De esta forma, el autoconocimiento es intimar con las emociones que sentimos, percibiendo cómo nos afecta cada una de ellas y cómo reaccionamos ante sus manifestaciones.
Sin embargo, aprendemos a huir de lo que sentimos, esconder lo que socialmente entendemos como malo y erróneo, pero eso nos constituye, ¡no hay forma de evitarlo! Somos seres en evolución, imperfectos, vulnerables, impermanentes, inconstantes y enfrentar esto requiere generosidad y compasión por nosotros mismos.
Este matiz de autoconocimiento lo considero un viaje, que es diferente a un paseo, un viaje o una caminata. No es solo seguir un camino que ya existe, seguir las señales y llegar al destino, requiere observación, exploración, atención, comprensión del entorno, silencio, cálculos.
Requiere esfuerzo, coraje y trabajo. Nos pide flexibilidad, disponibilidad, desapego, desapego, porque van a pasar cambios, cosas van a quedar atrás, van a romperse y sin embargo, eso sÃ, habrá que seguir limpiando y quitando obstáculos.
También te puede interesar
- Aprende cómo funciona el compromiso contigo mismo y aprende más sobre ti
- Aprende a ganar autoestima y vivir más feliz
- Averigüe si conoce su valor analizando su valor
En este viaje nos adentramos en nuestro bosque interior, podamos ya veces arrancamos árboles grandes, cortamos todas las malas hierbas y malas hierbas. Tendremos que enfrentarnos a fantasmas, miedos, monstruos y despojarlos del poder que tienen sobre nosotros. Chocaremos con rocas, agujeros, trampas, tierra seca, plantas venenosas y será fundamental eliminarlas y vencerlas.
Solo después de un viaje extenuante y doloroso podremos vislumbrar luces y claros, veremos buenas raÃces, brotes, flores y podremos sembrar nuevas semillas.
Conocerse a sà mismo no es solo un paseo por caminos panorámicos y llanos con hermosos horizontes.
Conocerse a uno mismo es también sumergirse en la oscuridad, nadar contra la corriente, sentirse triste, desilusionado y cansado, pero encontrarse del otro lado más fuerte, más seguro y más hermoso.
El autoconocimiento significa conocer nuestra luz y nuestra sombra, reconocer las repeticiones familiares que experimentamos, las máscaras que usamos, las fantasÃas y narrativas que construimos en el entorno en el que vivimos. Significa conocer nuestra singularidad y dar espacio y visibilidad a simplemente ser quienes somos en este momento.
Cuando estamos en un proceso de autoconocimiento aprendemos a validar lo diferente, lo único, aprendemos a valorar nuestros dones y nuestra forma única de ver y sentir la vida. Sin juzgar si somos mejores o peores que los demás.
De hecho, cuando entramos en este proceso y decidimos transitarlo con determinación, descubrimos que precisamente porque somos únicos en mirarnos, sentirnos y expresarnos, entendemos verdaderamente que somos uno más en el centro y que todos los demás tienen su valores, historia y forma de ser, sentir, mirar y expresar. Esto nos quita un peso inmenso de encima, el peso de la ilusión de tener que ser los mejores.
Conocerse a sà mismo es saber que frente a mà hay otro tan importante, tan único y tan valioso como yo y que ambos, yo y ese otro, nos transformamos a diario en esta relación y que, por tanto, no corremos ningún riesgo. a su lado, por el contrario, todos los dÃas tenemos la oportunidad de aprender de él, de aprender más sobre quiénes somos frente a cada acontecimiento, sentimiento y acción que el otro provoca en nosotros.
Este viaje requiere principalmente confianza, ya que al iniciarlo no sabemos dónde está el final o si es posible llegar a él.
Después de todo, somos seres humanos y estamos en constante cambio. Estamos directa y diariamente afectados por el entorno en el que vivimos, lo que hace que nuestro viaje de autoconocimiento sea algo continuo.
Si tenemos toda una carga ancestral que en cierta medida nos constituye y tenemos una historia que ha marcado y guiado nuestro modus operandi, también tenemos el ahora y el próximo momento que llamamos futuro y que generará nuevas marcas, que nos convocará a nuevas formas de sentir y nuevas experiencias.
¡Asà que conocerte a ti mismo es algo infinito, continuo y un largo viaje!
Pero eso vale cada paso porque nos libera de la pequeñez y el aislamiento que asumimos sobre nosotros mismos y nos conecta con el misterio de la vida, del tiempo y de la pertenencia a este misterio de manera única y complementaria.