Siete tipos de jefes y cómo tratar con ellos

Encontrar el trabajo de sus sueños es un objetivo común para todos. Lo que se desea aún más es encontrar un jefe que sea tan bueno como el trabajo. Después de todo, el desarrollo de tu carrera se ve directamente afectado por el jefe que tienes. Tener un superior que sepa sacar lo mejor de su potencial y ser justo con el equipo es lo que imaginamos ideal para un jefe. Pero como es difícil encontrarlos, creemos que es importante darte algunos consejos para lidiar con esos jefes que no son tan buenos. Conoce siete tipos de jefes y aprende a lidiar con cada uno de ellos.



jefe egoísta

Es ese jefe que solo ve su lado y ni siquiera le importa el bien de la empresa y mucho menos el bien de los empleados. Todo lo que hace es solo para su propio beneficio. Con jefes así, el consejo es ser flexible y, poco a poco, demostrarle que cuando el equipo y la empresa se llevan bien, él será reconocido por eso y también se beneficiará del trabajo de todos.

El que no comete errores

A algunos jefes les gusta echar la culpa de un error a alguien del equipo. En el fondo, son muy inseguros y por eso no pueden admitir que cometieron un error. Es importante obtener pruebas en su trabajo de dónde provienen los errores. Los correos electrónicos y las instrucciones escritas son excelentes para mostrar que el error no proviene de donde se acusa. Y cuando cometas un error, reconócelo y muéstrale lo bueno que es tener la humildad de admitir que cometiste un error.

el perdido

Algunos jefes han subido de rango porque son excelentes empleados, pero cuando se enfrentan a la coordinación de un equipo, son ineficientes en la elaboración de estrategias. Tener un jefe perdido perjudica a todo el equipo y puede perjudicar mucho cuando se trabaja con plazos ajustados. En estos casos, trata de ser un mediador entre tu jefe y el equipo y muéstrale cómo se pueden delimitar algunas estrategias para coordinar mejor el trabajo. Ponte como aliado y poco a poco te ganarás su confianza.



Siete tipos de jefes y cómo tratar con ellos

el jefe chismoso

A algunos jefes les gusta aprovechar su posición de superioridad para hacer comentarios inapropiados e iniciar conversaciones desagradables en el lugar de trabajo. Demuéstrale que eres una persona seria, hablando solo de trabajo y de forma respetuosa. Nunca hables mal de alguien cercano a él. No alimentes la mezquindad que le gusta tener en las conversaciones.

ego inflado

Si a tu jefe le gustan los elogios y siempre busca beneficiar a quienes están allí solo para complacerlo, tienes un jefe con un ego inflado. No te subas al carro de ser un gilipollas. Sepa demostrar indirectamente que los buenos resultados de su trabajo fueron ayudados por él, para no disgustarlo. Pero no aumentes más su ego. Demuestra que eres un buen trabajador, pero no un adulador.

El fugitivo

Cuando el problema es grande, se escapa. Jefes así no quieren asumir la responsabilidad. Cuando surja un problema, sugiérele soluciones para demostrar que eres un aliado, pero déjale claro que la decisión final es suya. De esta forma, se dará cuenta de que no puede sustraerse al rol que ha asumido en la empresa.

el insatisfecho

Si su jefe insiste en establecer objetivos poco realistas para el equipo, muestra que es más terco y poco realista de lo que debería ser. Cada vez que surjan nuevos desafíos, insista en que escriba metas para que todos hayan documentado lo que quieren. De esa manera, puede negociar y argumentar con números y hechos los objetivos y mostrar cómo lo que pide es poco realista.



¿Alguna vez has tenido un jefe así o de alguna otra manera que también fuera difícil de tratar? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Escrito por Ricardo Sturk del equipo Eu Sem Fronteiras

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