Nuestra casa: un laboratorio de evolución

Cuando nacemos en un determinado hogar, somos recibidos por aquellos que “elegimos” y “necesitamos” para vivir. En el proceso de reencarnación, nuestros deseos se cumplen de acuerdo con los méritos y la capacidad para enfrentar los desafíos que encontraremos.

En el Libro de los Espíritus, pregunta 258, tenemos:

“¿Cuándo en la erraticidad, antes de iniciar una nueva existencia corporal, el Espíritu tiene conciencia y previsión de lo que le sucederá en el curso de su vida terrena”? R. "Él mismo elige el tipo de pruebas por las que tiene que pasar y ese es su libre albedrío". Parafraseando a Guimarães Rosa, tenemos: “Quien elige la búsqueda no puede rechazar el cruce”.



Es en ese ambiente que “renacen” relaciones muchas veces cuestionadas, porque ignoramos que es allí donde necesitamos vivir, convivir y progresar. Nuestros parientes pueden ser personas con las que tengamos una gran afinidad por la comunión de ideas o desafectos de vidas pasadas que nos sirvan de evidencia.

Estas son experiencias que ponen a prueba nuestra paciencia, indulgencia y otras virtudes que necesitamos para apoyar nuestro camino hacia la evolución.

Por otro lado, también es un hospital que nos acoge para el tratamiento de las enfermedades del alma que constituyen las dolencias del cuerpo físico. Dios, a través de Su Excelencia Benevolencia, nos permite someternos a los procesos de reencarnación, cuya Magnanimidad hace posible estos encuentros para los debidos ajustes de las aristas que creamos entre nosotros.

Nuestra casa: un laboratorio de evolución

Así, nunca debemos admitir la existencia de un Dios vengativo que castiga y castiga

Todos pasamos por esta transformación con cada reencarnación, para subir los peldaños de la ascensión espiritual según nuestros esfuerzos.

Las oportunidades son infinitas e indistintas, sin privilegios, ya que la Justicia Divina es soberana e incuestionable. Sin embargo, tenga en cuenta que no existe tal cosa como el destino. Cualquiera de nosotros puede cambiar el rumbo de la vida, siempre y cuando tengamos perseverancia en la búsqueda del buen camino. ¡Vale la pena mencionar que el pensamiento es el lugar de nacimiento de nuestras actitudes!



Nuestra casa: un laboratorio de evolución

Esta es la tarea que tenemos que hacer. El progreso será tanto más rápido cuanto mayor sea el esfuerzo que hagamos para deshacernos del egoísmo y el orgullo, baluartes de tantas otras imperfecciones que nos aquejan.

Es una lucha ardua, continua y podemos decir que esta es la mayor batalla que enfrenta el ser humano en su existencia. Son conflictos internos sin adversarios externos. Sin embargo, si escuchamos la voz silenciosa de nuestra conciencia, ciertamente tendremos éxito en esta lucha diaria por encontrar la redención. (Piensa bien, haz el bien, que la vida te vaya bien)



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