Desde una perspectiva espiritual, la enfermedad es el resultado de un desequilibrio. El desequilibrio resulta de que olvidas quién eres como individuo espiritual. En consecuencia, el olvido de la propia identidad crea pensamientos y adicciones (mentales y espirituales) que conducen a una vida insana y al desgaste del periespíritu, generando enfermedades físicas.
El periespíritu es una envoltura semimaterial, también conocida como cuerpo fluídico, responsable de la unión e intercambio entre el espíritu y el cuerpo físico. La acumulación de energías negativas emanadas de pensamientos o conductas indisciplinadas, afectan poderosamente al periespíritu, generando una intoxicación fluida. En esta fase de bombardeo de energías nocivas al periespíritu, el cuerpo físico aún puede presentarse en excelentes condiciones, sin indicios ni manifestaciones de una posible enfermedad. Sin embargo, cuando el individuo persiste en nutrirse de pensamientos e inclinaciones de orden inferior, esta carga de energía negativa ubicada en el cuerpo periespiritual desciende al organismo físico, creando un campo energético propicio para la manifestación de enfermedades que afectan, principalmente, el centros vitales (los chakras).
Cada uno de los chakras del cuerpo está emparejado con una glándula endocrina que es responsable de equilibrar una región particular del cuerpo físico. Vea a continuación para cada uno de los chakras, su glándula correspondiente y su función:
Chakra de la raíz
Glándulas reproductivas (testículos en hombres; ovarios en mujeres); encargado de captar la energía telúrica y la conexión con la realidad; controla el desarrollo sexual y secreta hormonas sexuales.
chakra sacro
Glándulas suprarrenales; regula el sistema inmunológico y se encarga de energizar los órganos sexuales.
Chakra del plexo solar
páncreas; regula el metabolismo y es responsable de energizar el sistema digestivo.
chacra del corazón
timo; regula el sistema inmunológico y se encarga de dinamizar el sistema cardiorrespiratorio.
Chakra de la garganta
Glándula tiroides; regula la temperatura corporal y el metabolismo; responsable de la garganta, la boca y los órganos respiratorios.
chakra del tercer ojo
glándula pituitaria; produce hormonas y gobierna la función de las cinco glándulas anteriores.
chakra de la corona
Glándula pineal; regula los ciclos biológicos, incluido el sueño, y es responsable del suministro de energía al cerebro.
Podemos observar que todo el cuerpo físico es un reflejo del cuerpo periespiritual. Así, el equilibrio mantiene todos los centros vitales en funcionamiento armonioso, previniendo la formación de enfermedades en los órganos que corresponden a desviaciones mentales.
Por otro lado, los sentimientos, emociones, pensamientos y tendencias de nivel inferior generan un gran impacto en el periespíritu, el cual se refleja en el cuerpo físico, generando las más variadas enfermedades.
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La enfermedad es sinónimo de curación para quien sabe absorber este aprendizaje y busca la restauración y el autoconocimiento. Quizás ya hayas activado el mecanismo que, tarde o temprano, manifestará una enfermedad en tu vida.
Aprovecha esta intuición sobre el origen de la enfermedad para cuidar mejor tu espíritu. Medita, lee, profundiza en el conocimiento de tu individualidad para sacar a relucir la verdadera identidad de tu alma. Solo así romperás con todos los patrones tóxicos que te llevan al sufrimiento.
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