El poder invisible del Tai Chi Chuan

    Hasta principios del siglo pasado, el Tai Chi Chuan (pronunciado Tai Ti Chuen) era una de las artes marciales chinas más temidas. Y por una sola razón: enfrentarse a un especialista en esta técnica podría resultar en lesiones graves. Después de la revolución comunista, el escenario cambió y hoy esta modalidad es más conocida por sus beneficios meditativos y medicinales. El aspecto marcial está en el pasado. Hasta hace poco.

    Uno de los maestros que logró escapar del régimen comunista se exilió en Taiwán y más tarde también abrió una escuela en Nueva York. Su nombre era Cheng Manching, y su estilo corto de Tai Chi con solo 37 posturas mantuvo su esencia marcial original.



    Fue gracias a este sistema tan diferente de otros aspectos del Tai Chi que finalmente comencé a entender cómo optimizar mi salud y seguridad a través del entrenamiento simultáneo de cuerpo y mente.

    El primer paso fue decodificar ciertas palabras y conceptos utilizados por los antiguos maestros, aplicando en esta investigación los conocimientos científicos modernos.

    Y uno de los términos que revisé y revisé es “Chi” (Ki en japonés), traducido parcialmente como energía y aliento.

    Para los chinos y sus ancestros, así como los esquimales saben identificar diferentes tipos de nieve, esta palabra podría adquirir cientos de significados dependiendo de su contexto.

    El poder invisible del Tai Chi Chuan

    Originalmente “Chi” era un ideograma compuesto por tres diseños: arroz, fuego y vapor. Ilustraba un proceso de cocción que convierte el cereal crudo en alimentos nutritivos. Tal procedimiento utilizado en la cocina podría aplicarse a varias otras actividades y sustancias, entre ellas el simple acto de respirar en el que absorbemos el aire y nos “alimentamos” de él. Y, como bien saben los médicos, ¡el cerebro es el órgano que más oxígeno necesita! Luego, a los efectos de Tai Chi, el término “Chi” representa los impulsos electroquímicos que se propagan por el sistema nervioso y animan el cuerpo. Y esa bioelectricidad es el ingrediente que provoca la combustión necesaria para generar y sostener la vida.



    En el caso especial del Tai Chi, considerando el inmenso potencial atmosférico y telúrico (arriba, alrededor y debajo de nosotros), el cuerpo humano es el medio receptor y conductor, y su vientre la “olla” en la que se mezclan y calientan estos elementos. para forjar un nuevo organismo, internamente más fuerte, más sensible y longevo.

    En los próximos artículos exploraremos juntos otros símbolos de la alquimia china como “yin”, “yang”, “dantian” y “tao”, que a menudo confunden a los practicantes y retrasan su progreso.



    Consulta la segunda parte de este artículo.

    Comprender sobre Tai Chi y entrenamiento muscular.

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