Los psicópatas son portadores de un grave trastorno emocional, con posibles acciones desmedidas que alcanzan fácilmente la violencia física y, en casos de mayor enfermedad mental, la muerte. El facilitador de estas conductas violentas es la ausencia total de empatía, culpa o remordimiento en todo lo que puedan hacer que pueda perjudicar a sus supuestos compañeros. Los psicópatas actúan para obtener placer, pero también son rehenes de sus más oscuros mandatos, sin saber que lo son. Son fuerzas no resueltas y no desarrolladas del inconsciente. Para ellos las leyes no tienen importancia y no tienen sentido moral.
Las personas con este tipo de enfermedad mental, literalmente, no desarrollan la capacidad de amar, hacer frente a las leyes y reglas. No aprenden de las experiencias de la vida y son totalmente egocéntricos con sus deseos y pensamientos enfocados solo en ellos mismos.
Suelen tener un comportamiento excesivo que fácilmente puede llegar tanto a la violencia física como a actos delictivos.
Podemos definir algunos tipos de psicópatas, aunque muchos de los psicópatas sociales, también peligrosos, son difíciles de detectar.
El psicópata social o comunitario, por ejemplo, cumple con pocos criterios diagnósticos, pero aun así se caracteriza como portador de psicopatía. Estos en su mayoría tienen una inteligencia superior a la media y la utilizan para desarrollar sus estrategias de comportamiento. A pesar de no tener empatía, conocen bastante bien las leyes sociales y las camuflan manipulando sabiamente situaciones y entornos para obtener beneficios en relación a lo que desean. Pueden ser usureros, tramposos y, literalmente, acabar con la vida de cualquier persona en nombre de obtener lo que quieren.
Son capaces de arruinar la vida de los compañeros laborales, afectivos o familiares. Pueden ser ilícitos, con conductas deshonestas e inmorales, pero difícilmente son sorprendidos en sus actos. Si acaban en la cárcel, serán los presos ejemplares, los más queridos y, en algunos casos, los más temidos, y aun así, haciendo dudar a todo el mundo de que hayan podido hacer algo para estar allí. Son fríos e insensibles. Hay casos de algunos ex cónyuges que deciden no pagar las pensiones que marca la ley, y cuando tienen orden de aprehensión, fácilmente pasan un mes en una celda, descansando.
La categoría de psicópata antisocial suele verse como un psicópata moderado y, como todo el mundo, falto de empatía, frío y manipulador. Estos, sin embargo, debido a la bajísima resistencia a la frustración, abren espacio para desarrollar su lado sádico y violento. Los asesinos en serie se encuentran en este espectro de psicópatas y acciones sorprendentemente violentas con animales y personas pueden salirse de control, aunque la mayoría de las veces logran desarrollar ejemplares estrategias de engaño sobre sus peligrosas actitudes. Muchos toman drogas y también usan el sexo para infligir sufrimiento a sus víctimas.
Suelen ser ejemplares en sociedad, mostrando sus aspectos más oscuros tras bambalinas.
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Los psicópatas narcisistas perversos o necesitados son muy desleales y suelen utilizar a las personas con las que interactúan, mostrando al principio un aire de normalidad. Saben disimular el cariño y otro tipo de acciones que implican seducción, usando todo como puente para que, pasado el tiempo de la trampa de la seducción, puedan explotar a sus víctimas elegidas en nombre de obtener los beneficios que desean. Tienen la capacidad de ser manipuladores, insertando culpas indebidas, bajando su autoestima sin ningún tipo de culpa o arrepentimiento y siempre con la intención de convertirlos en sus esclavos.
Traicionan en todos los sentidos y, si son sorprendidos en sus fechorías, aprovechan el hecho para mejorar en las siguientes.
Los más raros de encontrar son los psicópatas más serios que matan con refinamiento de crueldad, son personas que actúan con violencia y asesinan con facilidad, asesinos en serie.
Los más ligeros suelen ser los famosos estafadores, los llamados seductores, socialmente ingeniosos y que suelen enloquecer a sus víctimas con sus manipulaciones coercitivas y torturas psicológicas.
¡Cuanto más despierto, mejor!
