Amor propio (sustantivo masculino) significa sentimiento de dignidad, estima y respeto que cada uno tiene por sí mismo. Aporta optimismo, positividad, confianza en uno mismo y autoestima. Es una fe inquebrantable en ti mismo. Nos hace sintonizar y vivir intensamente el aquí y el ahora. El amor propio busca tener inteligencia emocional, tiene control de sus acciones y emociones. es consciente
Busca empatizar y comprender a los demás. ¡El amor propio tiene un resplandor único y radiante! Brilla sin tener que opacar el brillo del otro. No comparte su brillo. ¡Inspira a otros a descubrirse a sí mismos y desarrollar su propia luz para que puedan brillar juntos! ¡Todos somos luz! El amor propio no guarda rencor.
Confía en sí mismo, en su potencial y poder, tiene coraje, confianza y seguridad para enfrentar los desafíos diarios y tampoco se avergüenza de admitir sus fragilidades y debilidades. Algunos dicen que el amor propio es egoísta, individualista, una especie de egocentrismo. ¡No estoy de acuerdo! ¡El amor propio es la forma más pura de compartir e intercambiar! ¡Es un regalo para el mundo entero! A través de él accedemos al verdadero amor por nuestro prójimo.
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Ya decía Osho: “El hombre que se ama y se respeta a sí mismo, respeta también a los demás porque sabe que 'como YO SOY, los demás también lo son'. No somos diferentes, en lo esencial somos uno”.
El amor comienza primero en nosotros, por nosotros mismos. ¡Y luego se esparce por el Universo!
¡Soy ligero! ¡Eres luz!
